jueves, 27 de mayo de 2010

VIVIR Y MORIR EN PARLA, 31 AÑOS DESPUÉS















Mirando de casualidad en la hemeroteca personal, me he topado con un ejemplar de la ya desaparecida revista Triunfo, un semanario mítico cuyos años de esplendor tuvieron lugar a caballo entre la última etapa de la dictadura y los primeros años de la democracia, erigiéndose en todo un hito del periodismo y la libertad de prensa en España. 

En uno de sus números, concretamente el editado el 17 de marzo de 1979, nuestro municipio ocupa por completo la portada y en sus páginas interiores, un artículo estremecedor que describe con minuciosidad cómo era Parla en aquel momento, hace ya treinta y un largos años. 


Los que vivimos aquella época lo sabemos de primera mano, cuando Parla era lo más parecido al Averno y no merecía ni el calificativo de ciudad, limitándose a ser un asentamiento donde llegaban las personas más humildes que no podían costearse una vivienda en ninguna otra ciudad de la perifera madrileña. 

Una ciudad llena de caóticos bloques con las viviendas más baratas de Madrid y un anárquico viario, sin aceras, con calles llenas de barro, cortes de luz y agua constantes, corralones por donde deambulaban siniestros delincuentes y zombis drogadictos que convertían las calles parleñas en un dantesco y peligroso escenario, un desempleo brutal, sin empresas de entidad implantadas,  sin apenas escuelas, un pequeño consultorio médico, ausencia de infraestructuras de todo tipo, etc. Diez años antes los norteamericanos habían puesto el pie en la Luna, pero la Parla de 1979 era un mundo aparte ajeno al progreso.
 

La palabra tercermundista que mucha gente usa tan ligeramente para describir con indignación muchas carencias de la Parla actual, se queda corta si nos trasladamos a aquella época pretérita. 


Pero lo verdaderamente gravísimo y preocupante es que tras treinta y un años en los que tanto ha cambiado y prosperado social y económicamente España, y gran parte del mundo, estremece leer en el artículo de la revista Triunfo cómo muchas de las carencias y los problemas que tenía Parla en 1979 siguen hoy en día constituyendo el pan nuestro de cada día, agravados con otros nuevos como los grandes despilfarros de todos estos años, el aberrante nepotismo municipal, improvisaciones en todos los aspectos, zafios y obsoletos planteamientos y planeamiento urbanísticos, escaso rigor en aplicar las ordenanzas en muchos casos siempre desfasadas y un largo etcétera de despropósitos que resumen el haber dejado pasar muchas oportunidades de las que se han acabado beneficiando las localidades vecinas.


A los consabidos problemas "de la casa" se ha unido la masiva llegada de inmigrantes al calor de las viviendas más baratas de toda la Comunidad de Madrid y la devastación social, comercial y humana de prácticamente toda la zona centro de Parla hasta convertirse en esa especie de ghetto que es a día de hoy, no sólo esa zona sino muchos barrios de Parla en los que infinidad de okupas se ha nquedado a vivir con todo gratis.

Han gobernado España tres partidos distintos, la Comunidad de Madrid ha sido gobernada en largas etapas tanto por el PSOE como por el PP,............pero en Parla siguen los mismos que estaban en 1979 y no ha habido ninguna alternancia ni alternativa.

Tampoco eso deberiera suponer a priori nada reseñable teniendo en cuenta que en la mayoría de las ciudades del sur de Madrid, ha gobernado mayoritariamente el PSOE durante todos estos años y sin embargo esas ciudades sí que han prosperado enormemente, siendo Parla el garbanzo negro. 



Si Parla tiene hoy tantísimos problemas no es de casualidad. A lo largo de estas tres últimas décadas ha sido una siembra constante de profunda insolvencia institucional, miseria moral, desidia, ideologización y un desbarajuste tremendo en muchos aspectos de la vida municipal, que han repercutido de manera rotundamente negativa en la imposibilidad e incapacidad para resolver unos problemas estructurales que en casi todos los municipios de nuestro entorno son ya parte de un remoto pasado, pero que en Parla son motivo de actuales y perpetuas reivindicaciones que desesperadamente caen en saco roto a tenor de lo que nos han deparado estas últimas décadas. Cuando los demás municipios ya han llegado y están de vuelta, en Parla se acaba de tomar la salida. 


Cada día, cuando al arrancar el coche y encontrarme con el atasco perpetuo para salir de Parla, sintonizo la radio y la DGT informa, de lunes a viernes, que hay retenciones en Parla, como todos los días. Lógico, porque la población parleña se ha triplicado desde que construyeron aquellos accesos, que siguen siendo los mismos que hace veinte años. Ya al enfilar la ruinosa y destartalada salida de Parla norte aún me pregunto si estamos en 1979 o en 2010. 


Lo que no pertenece a 1979 y sí se ha actualizado hasta llegar al nivel de atraco masivo son los aberrantes y expoliadores impuestos que se pagan en Parla a cambio de una ciudad atrasada y empobrecida con unas carencias e instalaciones más propias deterioradas y en lamentable estado.

domingo, 16 de mayo de 2010

HA CERRADO EL EROSKI CENTER DE PARLA













Parece que, de unos meses a esta parte, asistimos en Parla
a un desbocado  y virulento cierre de los escasos negocios y empresas con una mínima relevancia a
nivel local.









La semana pasada ha cerrado definitivamente el Eroski
Center de Parla, situado en la avenida del Leguario, junto a un Mercadona y
otros locales que construyeron posteriormente. Mencionar que en uno de esos
locales de esa especie de minicentro comercial abierto donde se ubica el
Mercadona, había un restaurante chino llamado “WOK”, que ya hace un tiempo que
también cerró. Una vez cerrado el restaurante chino, únicamente un solitario
bar subsiste  rodeado de locales vacíos
que permanecen sin ser alquilados ni vendidos y que, por la disposición
estructural de ese pequeño complejo comercial y la ubicación zonal, tienen muy
difícil salida al mercado y simplemente hay que ver que son objeto del
vandalismo durante las horas que permanecen cerrados, pues el lugar es bastante
solitario fuera de las horas de apertura.















Lo que ha sucedido con el Eroski
de Parla es gran medida, un ejemplo de pésima o nula planificación de la
zonificación de los espacios comerciales. Haciendo memoria, este supermercado
fue inaugurado en marzo del año 2006, así que su corta vida activa ha
finalizado al cuarto año de existencia. En aquel momento era el único
supermercado de grandes dimensiones que existía en esa zona de Parla, dando
directamente servicio por su cercanía a los barrios del  Leguario Sur y Fuentebella. Su ubicación
junto a la avenida hacía que una potencial clientela de Parla-Este también se
desplazará hasta allí porque en aquellas fechas se carecía de supermercados en
el barrio, hasta que dos años después se implantaron un Aldi y un Mercadona.









También a los dos años, junto al
propio Eroski y pegado pared con pared se construyó el citado minicentro
comercial donde se implantó un Mercadona, momento en el cual empezó el
menguante punto y final del Eroski y su sentencia de defunción.









El primer gran error fue el
fraccionamiento de todo ese espacio comercial del Leguario en tres parcelas
independientes (dos supermercados, locales sueltos y un edificio de oficinas recientemente terminado), y sin interconexión entre ellas. Por parte del
Ayuntamiento de Parla se debería haber optado, en vez de construcciones
aisladas y abiertas al viario, por promover una estructura parcelaria unitaria
aglutinada en un solo edificio multifuncional, con un cierre perimetral que
impidiera por seguridad el acceso fuera de las horas de apertura y que
aglutinara un uso mixto terciario y residencial o únicamente terciario
comercial y oficinas con un único supermercado grande, algunas viviendas, oficinas
y un aparcamiento subterráneo que diera servicio a todos ellos.















Y el segundo gran error fue
precisamente la concesión de sendas licencias para instalar dos supermercados
pared con pared. Porque permitir que se instalen juntos dos supermercados que
venden exactamente lo mismo, aparte de ser un disparate sin sentido, acaba a
medio plazo perjudicando siempre a uno de los dos, como ha sucedido en este
caso. Se podría haber considerado la instalación del Mercadona o la empresa que
fuera, en otra zona de Parla más apropiada y necesitada de este tipo de
comercio.









Es otra más de esas surrealistas
e improvisadas ocurrencias que no acontecen ni en Lepe, sólo en Parla.















La misma situación anómala se
repite con los tres supermercados situados en el acceso de Parla Centro, junto
a la avenida de las Lagunas. Cohabitan en el mismo espacio un Miró, un
McDonald´s , un Carrefour (antiguo Caprabo), un Mercadona y, separado por la
rotonda hay un Lidl, aunque en este caso se benefician de su situación junto al
acceso a la A-42.









Aunque este espacio comercial ya
cuenta con más de una década a sus espaldas, también en su momento se debió
promover, en vez de cuatro insulsos edificios prefabricados e independientes,
un espacio comercial compacto y unitario de mayor calidad y funcionalidad con
un recinto cerrado y aparcamientos subterráneos, que aportara mayor seguridad a
clientes, vecinos de la zona y, sobre todo, a las propias empresas, con la
posibilidad de que los clientes se movieran a uno u otro establecimiento de
manera más fácil y ágil, redundando en un mayor valor añadido para los
establecimientos implantados.













Ya finalizando y como resumen, al margen de políticas comerciales
particulares de cada enseña comercial, el R.I.P/D.E.P. para el Eroski Center de
Parla  ha sido en gran medida el
resultado de un cúmulo de decisiones de planificación erróneas y mal enfocadas
en su génesis por parte de la autoridad municipal competente.

domingo, 9 de mayo de 2010

PARLA - PINTO, GALAXIAS MUY DISTANTES





Un lector ha insertado su opinión en el siguiente enlace, https://www.blogger.com/comment.g?blogID=6611908209800401406&postID=1625701861198636531 , haciendo una alusión comparativa con el municipio de Pinto y como mi respuesta es más larga de la capacidad admitida por  el sistema, paso a responderle a continuación.








Totalmente de acuerdo contigo. Pese a su cercanía geográfica, Pinto está como en otra galaxia comparado con Parla y justamente es uno de los espejos en los que hay que mirarse, no hay que irse más lejos. Haciendo un símil, Pinto juega en la "Liga de las Estrellas" de las ciudades prósperas mientras que Parla aún transita por la "tercera división urbana". Un vistazo a la abismal diferencia respecto a la renta per cápita no deja lugar a dudas: Pinto  33.708 euros, por habitante, Parla 11.811 euros por habitante (Fuente:Indicador Renta Bruta Disponible 2007 Comunidad de Madrid). Con eso se dice prácticamente todo.









Recalcar que Pinto (44.000 habitantes) tiene tres veces menos población que Parla (133.000 habitantes), lo cual constituye un agravio comparativo rotundo. ¿Cómo es posible que un municipio tres veces más pequeño que Parla y que está al lado, tenga unas infraestructuras impresionantes y de nivel europeo: su centro comercial, cines, su gran teatro, el precioso parque Juan Carlos I, el enorme pabellón polideportivo, la limpieza de las calles, la armonía visual del entorno urbano en general, su pujanza económica, etc.




¿Qué ha pasado en Parla para que el municipio de al lado que es tres veces más pequeño tenga unas infraestructuras mucho mejores que las nuestras?.









La calidad de su urbanismo y el estado de la ciudad lo convierten en un auténtico paradigma del buen hacer urbanístico que entronca con un gran desarrollo humano y social. A nivel asociativo, hay un sólido entramado de fuertes asociaciones de toda índole: culturales, deportivas, lúdicas, etc. muy arraigadas en la vida de la ciudad.




Existe en Pinto una oferta educativa equilibrada entre la enseñanza privada-concertada y la pública, mientras que Parla ostenta los récords de fracaso escolar en la Comunidad de Madrid.





Otro ejemplo, en los jardines de Pinto no verás nunca el derroche ingente en flores y personal de jardines entregados a este efímero menester floral que desde hace muchos años se viene produciendo en Parla cuando en cualquier ciudad ya optan por plantas arbustivas que no requieran casi ni de riegos ni de cuidados y resistentes al trasiego diario de parte de los ciudadanos que  suelen ensañarse con la frágil vegetación.









Tampoco verás en Pinto las ingentes cantidades de basuras y escombros que jalonan los campos parleños.









Simplemente en un paseo por las calles pinteñas se aprecia otro tipo de gente y de ambiente radicalmente distintos a lo que se suele ver en las calles de Parla. 







Y nada más tangible que la enorme diferencia en el precio del metro cuadrado en uno y otro municipio, pese a estar a la misma distancia de Madrid, que es uno de los parámetros que ayuda a definir el precio del suelo.









No valen excusas políticas. En Pinto, en los últimos 30 años, salvo por unos meses, siempre ha gobernado el PSOE, al igual que en Parla. No sólo eso, la vida política de Pinto ha sido siempre muy turbulenta, desde el numerosas veces imputado ex-alcalde Antonio Fernández, el condenado e inhabilitado concejal de urbanismo de IU Carlos Penit, el tránsfuga Reyes Maestre, etc. Auténticos escándalos que han salpicado con gran frecuencia la política pinteña.







¿Qué sucede entonces?. Que pese a todo, desde siempre en Ayuntamiento de Pinto se  ha apoyado en muy buenos profesionales y a la vez ha sido muy riguroso y exigente en todo lo referente a los temas urbanísticos, haciendo cumplir la disciplina legal, aceptando sólo proyectos de mucha calidad e introduciendo modificaciones a los mismos para que estén integrados en la normativa vigente y en el entorno circundante, todo en las antípodas de la absoluta ley de la selva que impera en las calles y edificios de Parla, de donde salen parabólicas de los ladrillos, aires acondicionados, canalizaciones, tubos, cables, cada uno pone la persiana del color que le viene en gana, los toldos, los cerramientos sin ningún criterio estético, cartelería comercial chavacana y anárquica y, en definitiva, contribuyendo a ese tercermundismo visual y estético que enseguida te impacta cuando levantas la vista en la mayoría de las calles de Parla. Hasta gran parte de los edificios nuevos son de gran vulgaridad arquitectónica como ocurre en un importante porcentaje de los de Parla-Este o el resto de desarrollos parleños. Edificios nuevos ya masacrados  en sus fachadas con todos los horrores estéticos que ya eran conocidos: máquinas de aire acondicionado, garrafas, tubos, canalizaciones, pérgolas,  parabólicas, mosquiteras, y lo que a cada propietario le dé la gana. Y han seguido permiténdose con toda impunidad. ¿Por qué?.







Es un suma y sigue de despropósitos,  desidia, inoperancia y nula profesionalidad, que al final acaba por pasar factura en todos los órdenes de la vida de una ciudad, como le está pasando a Parla. En un mundo tan competitivo en el que la excelencia prima sobre todas las cosas y la inversión es muy sensible para cambiar de ubicación, no se pueden permitir los horrores urbanísticos y disciplinarios que en Parla llevan casi 30 años permitiéndose.




Ilimitados disparates desde las palmeras, las veladas de boxeo, al césped artificial, a la desastrosa rotonda del hospital, a la constante rectificación del viario nada más recepcionarlo en obra nueva, eternos parcheados de todo, los efímeros caballos de la policía, gastos en publicidad y autobombo, obras mal recepcionadas, señalizaciones viarias carentes de unidad estética  ni economía de materiales, parques y zonas verdes en estado lamentable por falta de criterio en su diseño ni en su gestión, casi todos los servicios municipales totalmente privatizados, desmesurado enchufismo, etc. La lista es infinita.











Cada vez que se cruza en coche el paso bajo la R-4 y las vías del AVE, para pasar de Parla a Pinto, es que cambia todo de repente. Ya te recibe una rotonda bien ajardinada que no precisa mantenimiento, un polígono industrial perfectamente trazado, limpio y arbolado incluso antes de que se implantes las primeras empresas, grandes empresas instaladas en el municipio, y ya cuando accedes a la propia ciudad de Pinto bajo el paso de la línea férrea, es que no dejas de frotarte lo ojos de lo racionalmente que están allí planteadas todas las cuestiones referentes a la organización municipal y la convivencia ciudadana y lo bien que en general funciona la ciudad.









Particularmente creo que Pinto es sin duda, uno de los mejores municipios de toda España. Como he citado, es un espejo donde mirarse, pero Parla se ha pasado mucho tiempo de espaldas al progreso. 



Nada más simbólico que el hecho de que gran parte de los parleños acuden el día de su boda al parque Juan Carlos I de Pinto a hacerse sus fotografías y vídeos, síntoma inequívoco de que hasta los propios parleños reconocen que en cuanto a encanto paisajístico, no hay ningún lugar similar en Parla.












lunes, 3 de mayo de 2010

CERRADOS EL APARTAHOTEL "VILLA DE PARLA" Y EL RESTAURANTE "ALLEGRO"











Como no hay dos sin tres, hace un par de semanas me hacía
eco del cierre del hotel “Ciudad de Parla”, pero en esta cascada de
acontecimientos nefastos que sacuden a Parla constantemente hay que mencionar
al siguiente hito caído, el apartahotel “Villa de Parla”, situado en la calle
Rigoberta Menchú. Efectivamente, el apartahotel ha cesado su actividad y ha
colgado el cartel de cerrado hace escasamente dos semanas. No sólo eso, sino
que el restaurante “Allegro”, ubicado en la planta baja del hotel, también ha
cerrado al mismo tiempo. 





Para quienes no lo conocieran, se trataba del mejor
restaurante que había existido jamás en Parla, un establecimiento de cocina
creativa y precios elevados que obviamente estaba fuera de lugar por la
ubicación geográfica tan poco apropiada en la que se hallaba. He de confesar
que siempre me resultó un misterio cómo podría ir manteniéndose a flote dicho
restaurante porque el entorno social y demográfico circundante distaba años luz
de constituir una potencial clientela del establecimiento.







Lógico puesto que la actividad económica en Parla es de tan escasas envergadura  y especialización que no genera por sí misma ninguna dinámica más allá del mero abastecimiento poblacional de bienes y servicios más básicos. En este panorama tan desolador poca clientela podía tener este hotel.



Sin duda una muy mala noticia, no
sólo por la pérdida de empleos, actividad y vida de barrio que generaba, algo
de lo que desgraciadamente en Parla ya nadie se sorprende por ser demasiado
habitual. También se traduce este cierre en que se reduce a un único
establecimiento hotelero los existentes en Parla y sólo queda el NH Parla,
rebajado de categoría recientemente por la propia empresa propietaria a NH
Express.





La crisis en Parla no tiene sólo un carácter episódico, sino que se
trata de una crisis rotunda e integral, de una enorme enjundia que está
corroyendo y condenando, hasta perder el resuello, a toda una sociedad y una ciudad escasamente
competitivas en un mundo global del que Parla lleva décadas fuera de juego.