viernes, 31 de diciembre de 2010

LA LEY ANTITABACO Y LA HOSTELERÍA EN PARLA













Desde el 2 de enero de 2011
estamos de enhorabuena por la entrada en vigor de la nueva Ley Antitabaco, tras
el gran fracaso de la anterior Ley que a grandes rasgos concedía la
permisividad absoluta en todos los establecimientos hosteleros que quisieran acogerse
a la libertad de permitir fumar en su interior. Confieso que la iniciativa de
la Ley Antitabaco es uno de los poquísimos aciertos que ha tenido el PSOE en
las dos legislaturas que lleva conduciéndonos al abismo, empobreciendo y
analfabetizando a todo el país.









España es la primera potencia
mundial en número de establecimientos hosteleros per cápita, lo cual no es ni
mucho menos sinónimo de calidad ni profesionalidad, pues gran parte de las
cafeterías, restaurantes, chiringuitos, etc. tiene unas condiciones higiénico
sanitarias de lo más lamentable debido fundamentalmente a la falta de educación
y civismo de los cerdos disfrazados de clientes. Sería inconcebible casi en
cualquier parte del Europa y  el mundo desarrollado estar en semejantes estercoleros, bares apestados de humo y pisando
basura, colillas, servilletas, cáscaras de gambas, etc.




Es más, personalmente he estado
en bares de países pobres y su nivel de limpieza era infinitamente superior a
muchos de los bares y cafeterías españoles.









Ateniéndose a la experiencia
previa en otros países donde ya se aplican normativas antitabaco, se va a
producir un inevitable reajuste en el sector de la hostelería y más con una
tendencia de consumo a la baja por la escasez de liquidez en los bolsillos de
la gente. Un reajuste o reconversión en el sentido de ser más competitivos, profesionales y
esforzarse por atraer y cautivar a la clientela por la calidad y no por ser el
establecimiento, una mera estancia donde fumar y consumir bebidas o comida.
Ahora hará falta un valor añadido para que el cliente se decida a entrar en un
bar, cafetería o restaurante. También las terrazas, al permitir fumar en ellas,
adquirirán mayor relevancia, basta con comprobar que en los últimos meses se
han disparado las ventas de estufas exteriores.









En la hostelería parleña hace
falta una reconversión a marchas forzadas. Aún siguen existiendo muchos bares y
cafeterías de paupérrima calidad, higiene y estética casposa y "torrentiana" que en otras ciudades
prácticamente ya se han extinguido. Esos bares de eterna niebla interior causada por el humo, en los que cuatro varones
fumando un cigarro tras otro se pasaban la mañana o la tarde de soliloquio
entre mugrientas paredes y el sonido y las luces de las pertinentes dos
máquinas tragaperras.









En realidad, el nivel y calidad
de establecimientos hosteleros de un municipio suele ser el espejo del tipo de
habitantes de la propia ciudad, con lo cual en nuestra ciudad, con un gran
porcentaje de población de clase media-baja(más baja que media), no se puede
aspirar demasiado a tener ni restaurantes 
más allá del menú del día, las bravas y la oreja, ni pubs o cafeterías de excelsa
calidad.









A muchos parleños, cuando nos han preguntado por algún sitio agradable donde tomarse un café
o una copa,
tradicionalmente sólo nos viene a la mente el legendario Capone. Sí, el Capone , por poner un ejemplo, es
como una isla en el desierto y sería deseable que establecimientos similares
proliferaran más en Parla, pero es lo que hay, en consonancia con la ausencia
de un gran centro urbano peatonal con un entramado espacioso, racional, contínuo y cohexionado, y comercialmente vivo y dinámico, a imagen y
semejanza de llos centros urbanos de las ciudades colindantes, los amplios centros urbanos peatonales de Leganés, Móstoles o Alcorcón o la calle Madrid y aledaños en Getafe, por poner varios ejemplos. Porque si sales de un restaurante y te
encuentras que no puedes dar ni un paseo, porque no hay ni un solo sitio en
condiciones donde tomarse un café o una copa, porque produce hasta miedo
caminar por un lúgubre y desierto entorno, pues desistes y te vas a otro
lugar donde sí tengas esa posibilidad. En un centro urbano como el de Parla,  con antiguas plazas-jaula enrejadas, donde los coches
devoran los espacios ante la ausencia casi total de plazas estanciales como punto de reunión, paso y convivencia y la ausencia de grandes aparcamientos subterráneos, y donde, en general, en los barrios centrales y más antiguos de Parla reinan la fealdad, la devastación, la degradación y la marginalidad estética,
urbanística, social y humana, no se pueden pedir milagros porque es el
resultado de lo que se ha sembrado y permitido durante tantos años.









Sin desmerecer para nada a los restaurantes parleños que de manera valiente y aislada intentar ser referentes de calidad, es verdaderamente patético que en
una gran ciudad de 130.000 habitantes la gente tenga que desplazarse fuera para algo
tan simple como disfrutar globalmente de una tarde o noche de ocio, cenar en un buen restaurante y a continuación tomarse un café
en algún lugar agradable o tomarse unas copas lejos del bronco, vulgar y cutre
ambiente de la calle “Torrijón”.









En este ámbito sucede lo mismo
que para hacer compras o disfrutar del tiempo de ocio, ya que muchos parleños
cogen su vehículo privado y se dirigen a otros municipios vecinos para adquirir
los bienes y servicios o disfrutar de actividades lúdicas que desgraciadamente
no se ofertan en Parla, nuestra querida ciudad que cuando oscurece el día tiene
menos vida que el subsuelo de un cementerio. Las carencias de nuestra ciudad son descomunales, aunque en este caso la ausencia de innovadoras iniciativas privadas
de inversión es más que sintomática. Casi nadie arriesga a invertir su dinero
si sospecha que va a perderlo. Pero no está todo perdido, siempre nos quedará
la esperanza de que en Parla inviertan los chinos.









Ahora es de esperar que la autoridad competente vele por
el cumplimiento de la nueva normativa, pues si nos atenemos a lo que sucede en
Parla, donde rige la ley de la selva con el botellón, los petardos, las peleas,
los ruidos, el vandalismo, los excrementos caninos y todo tipo de actos
incívicos e ilegales que proliferan por doquier sin ninguna limitación, el
riesgo de impunidad planea también sobre los malos humos.

lunes, 20 de diciembre de 2010

¿EL AGUA UN BIEN PRECIADO?. EN PARLA NO


















Una
vecina parleña me envía estas fotos poniendo en evidencia que durante
varios días ha estado esta fuente del parque de la calle Felipe II
manando miles y miles de litros de agua sin que ningún responsable
acudiera a repararla. La policía únicamente delimitó el área inundable
con una cinta pero así ha seguido derrochando agua.




Despilfarro ruin y miserable de un bien tan preciado como el agua. Despilfarro económico que pagamos todos los parleños.




Debe
ser que en varios días no se pudo localizar a nadie que cortase el agua
de esta avería. Las clásicas inoperancia e ineficacia más absolutas de las que hace gala el Ayuntamiento.

martes, 7 de diciembre de 2010

APERTURA DEL NUEVO FACTORI DE LIDL













El polígono industrial de La
Ermita está emparentado con su hermano mayor del “Ciudad de Parla” en que ambos
sufren un declive y una evidente ruina crónicos y, salvo milagro, inevitables,
pero más aún si cabe en el primer caso. En ambos casos el adjetivo “industrial”
es todo un anacronismo y para hacerse una idea de la ridícula y testimonial
enjundia económica de esta zona, baste mencionar que las empresas más
importantes son las naves ocupadas por los minoristas chinos y unas
instalaciones de una empresa de desguaces, además de algún concesionario de automóviles y un par de supermercados.





Cualquiera pensaría que en esta parte de Parla existe una
especie de “Triángulo de Bermudas” y la maldición de la ruina cae sobre quien
instala su negocio comercial en esa zona.





Es más simple. La razón
fundamental es la implantación de establecimientos comerciales en parcelas
alejadas del núcleo urbano, pensadas para un uso industrial, atomizadas y sin
ninguna interrelación, lo cual para el consumidor es muy incómodo y el fracaso,
salvo honrosas excepciones, es cuestión de tiempo. No se puede aspirar a que un
potencial cliente, si quiere realizar compras en tres comercios diferentes, se
vea obligado a estacionar cada vez su vehículo junto a cada uno de esos tres
comercios, porque al final ese mismo cliente huye y se va a buscar esa
comodidad en otra área comercial que sí le oferte esa posibilidad. 





Básicamente con crear un espacio
compartido de aparcamiento común en torno al cual se ubicaran los todos
posibles los establecimientos comerciales, a imagen y semejanza de la fórmula
adoptada en el Parla Natura o de cualquier otro parque comercial similar que se
precie, se facilita la movilidad del consumidor y se realza el atractivo
comercial del área, otorgándole una imagen de conjunto y no disgregada, con lo
cual en la zona de La Ermita, si se le quería haber dado un carácter comercial
y facilitado la fructífera implantación de comercios de esta índole, se tenía
que haber optado por esta fórmula cohesionada del parque comercial
independientemente de la escala del mismo.





Por el tipo de bienes de consumo
básicos que vende, es muy difícil que un supermercado llegue a fracasar y
clausurar su actividad. Bien, pues en el polígono “La Ermita” de Parla han
cerrado nada menos que tres supermercados, si añadimos el cercano Eroski, a los
que se añade la empresa de electrodomésticos Urende, que tuvo una efímera
existencia en su aventura parleña. El Aldi hace escasas fechas que cerró y el
Lidl ha batido todos los récords y en tres meses ha fracasado, inaudito cuando
suele ser una enseña comercial de contrastado éxito. Menos mal que esta vez, al
menos en el caso puntual del Lidl, ha habido suerte y han reorientado la
actividad del establecimiento rápidamente, con lo cual en el Lidl del Viario de
Ronda ahora ha surgido un Factori.





El Factori(con i latina) de Lidl es
un establecimiento muy original y atrayente por el tipo de artículos que se
pueden encontrar. Hasta la fecha sólo existía uno en toda la Comunidad de
Madrid, en Pinto. Al Factori se llevan todas las existencias de bazar sobrantes
en los supermercados Lidl, con el aliciente de un descuento sobre el precio
original. Y suele haber artículos muy interesantes y de calidad. Así que
bienvenido sea y que dure mucho.