Un año más Parla se mantiene entre los cinco municipios de España donde es más probable sufrir el robo de un coche.
Las ciudades más inseguras para el robo de un coche son Melilla y Sevilla. Pero la la tendencia dominante en el conjunto de España es que los municipios
situados en la periferia de alguna gran capital constituyen el entorno
donde se producen más delitos contra los vehículos. Es el caso de Dos
Hermanas, Santa Coloma de Gramenet, Parla, Fuenlabrada,
Rivas-Vaciamadrid, Badalona y Móstoles.
La Policía Nacional ha desarticulado en Parla un grupo criminal formado por rumanos y marroquíes dedicados a cometer robos con fuerza en salones de juego de toda España
mediante un sofisticado 'modus operandi' que les permitió sustraer
180.000 euros en pocos meses, ha informado la Dirección General de la
Policía.
Tras
un año de investigación, los agentes lograron detectar cómo la
organización era capaz de manipular las máquinas para, a través de un
error de software que impedía la activación de alarmas, hacerse con el
botín.
Como
acto preparatorio para llevar a cabo la comisión del delito, los
componentes del grupo criminal estudiaban previamente los salones de
juego que contaban con el tipo de máquina en el que se habían
especializado.
También analizaban su ubicación dentro del local,
el comportamiento del personal que trabaja en cada uno de ellos y los
medios de seguridad de los que disponía la sala.
Además, trataban
de captar colaboradores o cómplices que, en algunas ocasiones, podrían
ser los propios empleados, con quienes acordaban previamente un pago o
recompensa.
Tras determinar el salón de juego en el que
actuarían, los integrantes del grupo criminal se personaban con un
previo reparto de papeles. Una o varias personas se encargaban de
distraer a los responsables de la sala y a los clientes y, además,
adoptaban una actitud vigilante para tratar de percibir los posibles
riesgos que pudieran desvelar su actuación.
Simultáneamente,
otros miembros se encargaban de manipular la máquina. Para ello
introducían un billete e, inmediatamente, solicitaban a la máquina su
cobro.
La máquina nunca paga en efectivo, sino que emite un bono
que, acto seguido, los miembros de la organización cobraban en un
dispensador de premios habilitado para este fin, en el interior del
mismo local.