Otro día más ha vuelto a producirse una avería en la línea C-4 de Cercanías
y con ello las escenas de nervios, hacinamiento, desesperación y
encerrona total que sufren los desesperados viajeros parleños atrapados
en la única y saturadísima estación que tiene Parla, totalmente
insuficiente y obsoleta para atender la enorme demanda de viajeros.
Cada vez que hay una avería en la línea de C-4 de Cercanías, toda la movilidad de Parla queda comprometida y paralizada,
y la ciudad se convierte en una gigantesca ratonera de la cual es
imposible
salir, mostrando unas carencias de urbanísticas, de transporte y
movilidad realmente precarias, inconcebibles en ningún otro municipio de
España con similar población.
Precisamente
Parla
es la última ciudad dormitorio que queda como tal, una ciudad donde
después del catastrófico desarrollismo de los años 70, se siguió
apostando por el mismo modelo desfasado hasta el estallido de la
burbuja, el mismo y obsoleto modelo desarrollista de construir miles de
viviendas sin infraestructuras ni equipamientos y sin tejido productivo,
en consonancia con el aumento de población. Por eso en Parla es donde
los
desplazamientos interurbanos son más numerosos y necesarios ante la
inexistencia de centros comerciales modernos, de grandes
empresas, de polígonos industriales, de oficinas, de servicios
especializados, etc. Lo cual provoca
que los parleños se vean obligados siempre a salir en gran número a
trabajar, comprar,
divertirse, etc. fuera de Parla.
Eso sin mencionar el mal funcionamiento de la propia línea de Cercanías C-4, el cordón umbilical de Parla con la modernidad colindante,
hacia y desde Parla. Sólo por poner un ejemplo, el tiempo medio real de
viaje entre las estaciones de Parla y Sol suele ser de 35 minutos. ¡35 minutos
para cubrir una distancia de 22 km!. Con esos tiempos, la velocidad media de los trenes de Cercanías de Parla a Madrid y viceversa es de ¡37 km/h! ¡Más lento que un ciclista!.
Y
al contrario que en cualquier otra ciudad, en la que si falla el
Cercanías los viajeros usan el metro o el autobús como alternativas, en
Parla en caso de averiarse el tren no hay ninguna alternativa, porque
muy poca gente en Parla utiliza los autobuses para ir a Madrid debido a
unas frecuencias escasas, un destino muy alejado del centro de Madrid
como es el intercambiador de Plaza Elíptica y unos recorridos que se
eternizan en consonancia con la caótica, desvertebrada y
anárquica trama urbana de la decrépita Parla, que convierte
en una odisea los desplazamientos por el interior de la ciudad hacia los
accesos de la A-42 o simplemente para desplazarse de un punto a otro de
la ciudad.
Y
para qué hablar de utilizar el coche y sufrir los enormes atascos que
llevan muchos años produciéndose. Se ha ido incrementando la población
en la última década pero no se han mejorado nada ni los accesos a la
autovía ni la movilidad de Parla que es realmente chapucera, insuficiente, patética y desfasada.
Parla
tiene casi 130.000 habitantes pero las infraestructuras viales y
accesos se corresponden con los de una ciudad de 40.000 habitantes. Una
ciudad hundida y atrasada sin solución en nada.