Una tarde cualquiera a comienzos de la presente semana, en las inmediaciones de la estacion de Renfe de Parla,
comenzó una multitudinaria pelea de unos 50 chavales. Cuando ha llegado
la policía, han salido todos huyendo. Según un testimonio vecinal
relatado en el siguiente enlace:
"en ese tiempo podía haber ocurrido una tragedia, ya que la mitad de
los chavales que participaban en la pelea también jaleando o apoyando,
gritaban "mátala, mátala". Cuando ha llegado la policía, han salido
todos huyendo.
La sensación de inseguridad aumenta en
Parla
de manera exponencial: peleas multitudinarias, reyertas con arma
blanca, ocupaciones de la calle, ocupación de viviendas de manera
ilegal, robos a plena luz del día, tirones, robos en casas y garajes,
botellones, ruidos a cualquier hora, normas de convivencia rotas, etc. Impera la ley de la selva, una anarquía que además de otros condicionantes peyorativos, convierten a casi todo el centro de Parla en una especie de ghetto de muy difícil convivencia.
Un rsencillo ecorrido lineal por los bulevares norte y sur de
Parla,
con abundancia de latas y botellas de cerveza, y calles aledañas, da
una buena idea del "ambiente" tan peculiar que se respira en estas
calles. Toda una experiencia por el corazón de las tinieblas para darse un paseo que puede ser de todo
excepto romántico.
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