El catastrófico estado del parque móvil municipal de Parla, más parecido a un desguace que a un parque móvil en servicio, es otra evidencia más de la situación de ruina, parálisis, caos y deudas descomunales que arrastra la ciudad desde hace muchos años.
Un fin de semana del pasado verano, la Policía Local de Parla se encontró con que no tenía coches
rotulados para poder patrullar. Los agentes tenían solo dos opciones.
O
iban andando a todos los sitios, con la consiguiente demora en la
atención de las emergencias, o sacaban a la calle los coches camuflados,
eso sí con los policías de uniforme. Esto suponía que la población de Parla
podría conocer los coches utilizados en operaciones en las que es
necesario pasar desapercibidos. Pese a las consecuencias nefastas para
el cuerpo, optaron por esta segunda opción.
Es solo una pequeña muestra de la caótica situación que arrastra desde hace muchos años el parque móvil de Parla, una ciudad sumida en una espiral de ruina y deudas que arrastra desde hace los tiempos del PSOE de Tomás Gómez.
El 70% de los 95 vehículos
del parque móvil está fuera de servicio. Los vehículos se amontonaban
en las dependencias municipales, que parecían más un desguace que una
flota municipal. Muchos tienen las ventanillas abiertas, los asientos
destrozados y los habitáculos sirven para albergar recipientes con
comida para gatos.
Los destrozos afectan a motocicletas, turismos, camiones,
furgonetas y vehículos cisterna. La situación era tan nefasta que ni
siquiera la ambulancia de Protección Civil, destinada a hacer traslados
urgentes, estaba operativa. “No funcionaba ni la batería del propio
vehículo ni la que da los servicios a los aparatos de la ambulancia”.
Tampoco
podía salir a la calle la furgoneta tipo pick-up de este servicio dotada
de una bomba de achique y distribución de agua.
Algunos turismos tenían el motor desmontado. Se había llevado a
reparar a un taller, pero ante la falta de presupuesto se había dejado
sin arreglar. Es la misma situación que han pasado algunos vehículos que
han permanecido en reparación más de 400 días.
Los coches no habían pasado ni las revisiones que marcan los
fabricantes (entre los 15.000 y los 30.000 kilómetros) y mucho menos la
inspección técnica de vehículos (ITV). Muchos tenían las ruedas
desgastadas o pinchadas (como varios pertenecientes a la Policía
Municipal).
Los amortiguadores y frenos estaban estropeados. Las
baterías, las bombas inyectoras, los embragues o los alternadores
estaban destrozados, por lo que los motores no funcionaban. “A todo ello
se sumaba la falta de aceite y anticongelante, filtros obstruidos y
pérdida de líquido hidráulico, entre otras deficiencias detectadas”,
según destacó un detallado informe de los técnicos municipales.
El
parque móvil de Parla tiene una antigüedad media de 17 años. La puesta al día de
forma que puedan circular supondrá unos 500.000 euros.
El actual portavoz del PP en el Ayuntamiento e integrante del anterior
equipo de gobierno, José Manuel Zarzoso, ha afirmado que, cuando su
partido llegó al poder en 2015, la situación era caótica y no había pliego para el mantenimiento de
los vehículos. Ellos lo sacaron en 2016 y concluyó a finales de 2018.
“El técnico llevaba todo este área se jubiló y, como la ley impedía
reponer esa plaza, no se cubrió. Desde entonces, trabajamos con gastos a
justificar, como se pasaba la ITV”, justificó Zarzoso. Este recuerda
además que en 2016 se compraron seis coches patrulla con cargo al plan
de inversiones regionales Prisma.
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