Los dos hombres que fueron asesinados en el bar La Espuela de Parla el pasado martes por la tarde murieron degollados por una tercera persona, según las primeras averiguaciones.
Los fallecidos son el dueño del bar Rubén M. R., de 62 años, y un cliente y amigo del propietario, de unos 50 años de edad. Los dos cadáveres presentan, además, varios golpes en la cabeza y el pecho y cortes defensivos al intentar hacer frente al homicida. Uno de los asesinados también tiene quemaduras. Con todo, las autopsias de ambos cadáveres proseguirán hoy jueves en el Instituto de Medicina Legal de Valdebebas.
Las primeras averiguaciones han determinado que tras el doble crimen se produjo un incendio dentro del bar situado en el número 21 de la calle de Guadalajara de Parla. En concreto, ardió la cortina y parte de una pared, por lo que se sospecha que quizá los presuntos asesinos quisieron prender fuego al local tras cometer el doble crimen con el fin de borrar huellas y obstaculizar las investigaciones policiales. De hecho, en un principio se pensó que las muertes podían haberse producido por una explosión en el local, ya que olía a quemado en el interior del establecimiento y se llegó a activar a los bomberos.
Los primeros datos señalan que en la madrugada del martes el local estuvo abierto hasta más tarde de las cinco de la mañana. Se sospecha que se produjo una pelea dentro del local y que como consecuencia de la trifulca Rubén y el cliente fueron degollados y golpeados.
El detonante de la bronca pudo ser un asunto delincuencial o una deuda económica, aunque no se descartan otras hipótesis. «Aún es pronto para saber el móvil, las investigaciones acaban de empezar. Hay que esperar a las autopsias para saber más datos», señaló un portavoz policial. En principio Rubén no estaba amenazado ni tenía ningún problema con nadie, según su círculo familiar.
Gente de madrugada
Fue David, un camarero de un local anexo, el que en la tarde del pasado martes descubrió el doble crimen. Vio el cierre medio echado y al asomarse desde la puerta de la calle observó a una persona tendida en el suelo que no se movía. «Nos alarmamos mucho, había pasado algo raro y llamamos rápido a la Policía», contó el empleado.
Dentro del local, los agentes hallaron dos cadáveres, el del dueño del negocio, un español de 62 años, y el del cliente. Había restos de sangre, cristales en el suelo y las cortinas estaban quemadas. También encontraron un arma blanca ensangrentada. Se investiga ahora si pudo ser empleada para acabar la vida de las dos personas.
Uno de los cuerpos sin vida se encontraba tras la barra, entre la puerta del baño y la cocina, y el otro tendido en el suelo delante del mostrador. Llevaban muertos unas 12 horas. De hecho, una persona aseguró a la Policía que a las 05.30 horas de la madrugada del martes pasó por el local y vio gente en su interior.
El primer examen de los cadáveres en el lugar del crimen concluyó que se trataba de una muerte violenta. Ambos cuerpos estaban ensangrentados y con heridas de arma blanca. Los primeros datos de la autopsia han confirmado que murieron degollados y que al defenderse del agresor o agresores sufrieron cortes. Ahora, se trata de averiguar si el cuchillo con sangre hallado dentro del bar fue utilizado para acabar con la vida del dueño del negocio y del cliente.
Peleas anteriores
Los agentes tratan ahora de reconstruir lo que pasó dentro de La Espuela, que no contaba con sistema de videovigilancia. En el día de ayer volvieron al establecimiento la Policía Científica y de la Policía Judicial de la Comisaría de Parla.
El bar la Espuela lleva 40 años abierto y cierra siempre de madrugada. Los vecinos aseguran que se habían producido ya otras peleas en su interior, aunque nadie podía imaginar que alguna vez acabaran con este trágico desenlace.
Huele de lejos a que los autores del asesinato no comen jamón y de esos hay miles y miles en Parla. Esa gente, es propensa a degollar por cultura. Son sus costumbres, que tanto gustan a la izquierda y por eso los ha traído a Parla a miles
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