Aquí tenemos otro visible ejemplo de la inoperante cultura del ridículo y el despilfarro imperante en Parla. Sendas placas con el mismo nombre de una calle, una junto a la otra. En este caso es la calle Mariano Benlliure, situada en el barrio de El Leguario.
Esta absurda duplicidad contrasta con la ausencia o escasez inadecuada de la nomenclatura vial en muchas calles de Parla. Hay calles con placas de hace treinta años cuyo nombre hay que adivinar, porque verse ya apenas ni se ven. Y otras sin embargo, como se ve en la fotografía, reflejo de nuestros impuestos despilfarrados.
En líneas generales, en lo referente a las placas con el nombre de los viales en Parla, existe una total falta de criterio y una disparatada y anárquica concepción del sentido de la funcionalidad y la estética, pues coexisten infinidad de modelos de señalización de la nomenclatura vial: verticales, horizontales, verdes, azules, alargadas, rectangulares, con escudo, sin escudo, el nombre sólo por una cara, dos postes casi juntos en vez de uno con dos placas para indicar la misma calle, en fin, un completo desastre, aunque es más de lo mismo ya conocido, como en tantos y tantos otros ámbitos y aspectos de la vida de este municipio.
Cada empresa señalizadora, a instancias municipales, llega al tramo correspondiente e instala las placas que le parece, en vez de existir alguna uniformidad y unanimidad de criterio amplia, ya sea sectorial, que estéticamente unifique todo el viario del municipio, por barrios o por zonas, etc. Escogiendo al azar cualquier pequeño tramo viario de Parla nos podemos encontrar todo un catálogo de diferentes modelos de placas de calles. Fealdad, disonancia y estridencia visuales, todo en uno; mejor dicho, en dos placas.
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