Es es lo que ha determinado el resultado de la autopsia. Ahora, los agentes han remitido los restos orgánicos encontrados al departamento de Toxicología para recavar más datos. Y, de momento, no han identificado al fallecido, puesto que no se encontraba en la base de datos policial.
El varón al que un ciudadano encontró troceado en dos bolsas de deporte
ayer en Parla murió después de que le estallara la droga que
transportaba en el interior de su organismo. Es la línea hacia la que
apunta inicialmente la investigación policial a la espera de conocer el
resultado de la autopsia realizada por el Instituto Anatómico Forense. La Policía
investiga, por lo tanto, si las personas que iban a recibir la
mercancía fueron las que, tras la muerte del hombre, le abrieron la
barriga para extraer la droga. Los investigadores también barajan la
posibilidad de que luego decidieran descuartizarlo para facilitar su transporte.
Los agentes encontraron también varias botellas de leche
vacías, lo que reforzaría la tesis de que se trataba de un mulero, ya
que estos toman grandes cantidades de este líquido para proteger el
estómago de la agresividad provocada por las bolas de droga que se
introducen en el cuerpo.
Las asas de las bolsas de deporte en las
que iba el cadáver, informan fuentes policiales, estaban cortadas, lo
que hace pensar a los investigadores que los autores del
descuartizamiento son experimentados. Cortaron las asas para evitar que estas recogieran sudor u otros restos que luego pudieran identificarlos.
Las mismas fuentes aseguran que los restos encontrados en las inmediaciones del parque nuevo de Bomberos no eran recientes y
posiblemente fueron abandonados allí –una zona de olivares junto a la
M408– por algún motivo inesperado que evitó que se trasladaran a un
lugar más oculto.
El Grupo de Delitos Violentos de la Policía Científica
y el Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de Madrid
investigan los hechos desde que ayer pasadas las 15 horas un ciudadano
descubriera las bolsas mientras caminaba con su perro por el lugar,
situado a las afueras de Parla.
El hombre vio los
bultos, se acercó y observó cómo en uno de ellos había restos
aparentemente humanos. Luego corrió a comunicar su hallazgo a los
bomberos, que llamaron a la Policía y se encargaron de custodiar el
cadáver, del que se distinguían las extremidades inferiores, hasta la llegada de la policía.
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