miércoles, 20 de abril de 2016

44 detenidos por vender en Marruecos coches robados: Los cabecillas son de Parla





Los cabecillas del grupo estaban establecidos en Parla y en las localidades toledanas de Yuncos y Yuncler.

El Cuerpo Nacional de Policía ha desmantelado una organización especializada en robar vehículos que operaba desde Parla para  venderlos, enteros o por piezas, en Marruecos, en una operación en la que han sido arrestadas 44 personas y recuperados 77 coches muchos de ellos cuando iban a ser embarcados en el puerto de Algeciras (Cádiz).

Los arrestados, que cometían las sustracciones principalmente en las provincias de Madrid y Toledo, disponían de varias naves para manipular los elementos identificativos de los automóviles y de este modo poder trasladarlos hasta el norte de África sin levantar sospechas.

Una vez en el puesto fronterizo algunos miembros de la banda se colocaban en lugares estratégicos para tener a la vista la zona donde se situaban los agentes de la Policía para indicar a los "pasadores" cuál era el momento más oportuno para llevar a cabo el tránsito.

La investigación se inició a finales de 2014 fruto de los controles que se realizan habitualmente en las salidas hacia la ciudad marroquí de Tánger desde el puerto de Algeciras.

Después de interceptar varias decenas de vehículos de distintas marcas dotados de documentación falsa y detener a los conductores, se llevó a cabo un exhaustivo análisis de la información obtenida que permitió extraer datos que indicaban que eran sustraídos en su mayoría en las provincias de Madrid y Toledo.

Las primeras indagaciones llevadas a cabo desvelaron que los responsables de los robos estaban perfectamente organizados y contaban con especialistas para cada una de las fases en las que cometían los hechos delictivos.

Primero actuaban los responsables de la sustracción de los automóviles, luego entraban en acción los encargados de la falsificación de los elementos identificativos y de la documentación necesaria para ponerlos en circulación y la estructura se cerraba con los transportistas que los trasladaban por carretera hasta el puerto de Algeciras, donde los embarcaban con destino a Tánger.

Una vez que los vehículos eran sustraídos, los dejaban aparcados en la vía pública con las placas de matrícula duplicadas durante unos días para asegurarse de que no despertaban sospechas.

En ocasiones incluso utilizaban algunos de ellos en sus desplazamientos habituales en el convencimiento de que al conducir un vehículo no considerado de alta gama no despertaría sospechas de la Policía.

Pasado cierto tiempo sin que los vehículos fueran detectados los trasladaban a varias naves de la organización donde eran manipulados sus elementos identificativos con el fin de evitar que fuesen reconocidos o desmontados cuidadosamente para luego ser transportados ocultos en una furgoneta hasta su destino final en Marruecos.




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