Mujer. Musulmana. De 42 años de edad. Residente en Parla
(Madrid). Analfabeta. Sin empleo. Receptora de una renta básica. Y
madre de una niña de 2 años.
Este es el perfil de esa víctima cuyo calvario se sucede día a día y
ante la que la ley y las instituciones del Estado no ofrecen ninguna
solución para acabar con el mismo.
Ella misma se decidió a denunciar a su presunto agresor después de
que una amiga, también musulmana, le convenciera para ello. La llamada a
la policía se produjo después de que el marido le zarandease y le insultara llamándola “puta”, porque “vistes como una puta”, le dijo, y eso que la mujer viste velo porque practica la religión musulmana.
El caso lo lleva una jueza de Parla y ha sido dado a conocer este
martes a la opinión pública por el abogado Eduardo Ranz. El marido
compareció ante el juez un martes y el siguiente jueves fue puesto en
libertad por falta de pruebas.
Ambos, casados por el rito marroquí, conviven en la misma vivienda
que está a nombre del marido. Ella pide el divorcio, pero no se espera
una sentencia favorable hasta al menos enero próximo. Ella tiene
miedo por las represalias, por verse obligada a convivir bajo el mismo
techo con el que le acusa de ser una “frígida” y le amenaza con meter a
otra mujer en su misma casa. Lo permite su religión y la familia de la víctima, residente en Marruecos, le dio las bendiciones para ello.
“Esta mujer está totalmente desprotegida, no puede probar lo
ocurrido, no tiene pruebas válidas más allá de su propio testimonio, y
además sufre la doble humillación de no saber hablar ni escribir el
español y con el problema añadido de cobrar una renta mínima. ¿Qué será
lo siguiente?, ¿el tanatorio?”, advierte Eduardo Ranz.
La víctima tiene prohibido salir de casa y trabajar, su marido le
prohíbe llevar ropa de colores y todas las mañanas tiene que callar ante
la situación que vive su pequeña, a la que su padre le lleva durante toda la jornada a la mezquita. De lunes a domingo.
Su amiga nos habla de los audios que le envía su marido, además de
los insultos, comentarios humillantes como que ‘tiene que dar gracias de
tener un marido’, o que ‘¿a dónde va a ir si no sabe leer ni
escribir?’, o que ‘necesita acostarse con ella’. Así, sin más.
El presunto maltratador llegó a acusarla ante el juez de traficar con drogas,
de querer echarle de casa para meter a sus hijos (ella tiene hijos
mayores de otra relación). Él también tiene hijos de otra relación y
antecedentes similares de maltrato con su exesposa.
La víctima solo quiere vivir tranquila, trabajar, cuidar a su
pequeña. ¿Hasta cuándo tendrá que soportar esta situación? ¿Hasta que la
agresión sea lo suficientemente grave para que existan pruebas que lo
certifiquen?.
http://www.nuevatribuna.es/articulo/espana/total-desproteccion-mujer-musulmana-marido-maltratador/20171128111650145801.html
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