A finales del próximo mes de junio, el barrio de Parla-Este contará con un nuevo supermercado que estará situado en la avenida Cerro del Rubal, junto al restaurante Los Fogones y a escasos cincuenta metros del Mercadona. Frente al supermercado está la parada de tranvía de "Polígono Industrial".
Rápidamente se han ejecutado las obras de la estructura que albergará el supermercado y resta equiparlo y acondicionar el resto del recinto, que incluirá un aparcamiento en superficie para los clientes.
El vecino que ha enviado las fotos se quejaba que con este son ya tres supermercados muy próximos y concentrados en la zona norte del barrio de Parla Este: Aldi, Mercadona y Lidl, mientras que en el resto de Parla Este los vecinos tienen que andar grandes distancias o coger el coche para ir a las compras porque sólo existe la posibilidad de comprar en el Carrefour Market.
En todo caso es la ley de la oferta y la demanda y cada empresa de supermercados decide libremente donde ubicarse según su criterio.
Al mismo tiempo que se procede a la apertura de este Lidl, esto supondrá el cierre del actual supermercado Lidl que se encuentra en la calle Pinto.
El polígono industrial de La Ermita está emparentado con su hermano mayor del “Ciudad de Parla” en que ambos sufren un declive y una evidente ruina crónicos y, salvo milagro, inevitables, pero más aún si cabe en el primer caso. En ambos casos el adjetivo “industrial” es todo un anacronismo y para hacerse una idea de la ridícula y testimonial enjundia económica de esta zona, baste mencionar que las empresas más importantes son las naves ocupadas por los minoristas chinos y unas instalaciones de una empresa de desguaces, además de algún concesionario de automóviles y un par de supermercados.
Cualquiera pensaría que en esta parte de Parla existe una especie de “Triángulo de Bermudas” y la maldición de la ruina cae sobre quien instala su negocio comercial en esa zona.
Es más simple. La razón fundamental es la implantación de establecimientos comerciales en parcelas alejadas del núcleo urbano, pensadas para un uso industrial, atomizadas y sin ninguna interrelación, lo cual para el consumidor es muy incómodo y el fracaso, salvo honrosas excepciones, es cuestión de tiempo. No se puede aspirar a que un potencial cliente, si quiere realizar compras en tres comercios diferentes, se vea obligado a estacionar cada vez su vehículo junto a cada uno de esos tres comercios, porque al final ese mismo cliente huye y se va a buscar esa comodidad en otra área comercial que sí le oferte esa posibilidad.
Básicamente con crear un espacio compartido de aparcamiento común en torno al cual se ubicaran los todos posibles los establecimientos comerciales, a imagen y semejanza de la fórmula adoptada en el Parla Natura o de cualquier otro parque comercial similar que se precie, se facilita la movilidad del consumidor y se realza el atractivo comercial del área, otorgándole una imagen de conjunto y no disgregada, con lo cual en la zona de La Ermita, si se le quería haber dado un carácter comercial y facilitado la fructífera implantación de comercios de esta índole, se tenía que haber optado por esta fórmula cohesionada del parque comercial independientemente de la escala del mismo.
Por el tipo de bienes de consumo básicos que vende, es muy difícil que un supermercado llegue a fracasar y clausurar su actividad. Bien, pues en el polígono “La Ermita” de Parla han cerrado nada menos que tres supermercados, si añadimos el cercano Eroski, a los que se añade la empresa de electrodomésticos Urende, que tuvo una efímera existencia en su aventura parleña. El Aldi hace escasas fechas que cerró y el Lidl ha batido todos los récords y en tres meses ha fracasado, inaudito cuando suele ser una enseña comercial de contrastado éxito. Menos mal que esta vez, al menos en el caso puntual del Lidl, ha habido suerte y han reorientado la actividad del establecimiento rápidamente, con lo cual en el Lidl del Viario de Ronda ahora ha surgido un Factori.
El Factori(con i latina) de Lidl es un establecimiento muy original y atrayente por el tipo de artículos que se pueden encontrar. Hasta la fecha sólo existía uno en toda la Comunidad de Madrid, en Pinto. Al Factori se llevan todas las existencias de bazar sobrantes en los supermercados Lidl, con el aliciente de un descuento sobre el precio original. Y suele haber artículos muy interesantes y de calidad. Así que bienvenido sea y que dure mucho.
Parece que, de unos meses a esta parte, asistimos en Parla a un desbocado y virulento cierre de los escasos negocios y empresas con una mínima relevancia a nivel local.
La semana pasada ha cerrado definitivamente el Eroski Center de Parla, situado en la avenida del Leguario, junto a un Mercadona y otros locales que construyeron posteriormente. Mencionar que en uno de esos locales de esa especie de minicentro comercial abierto donde se ubica el Mercadona, había un restaurante chino llamado “WOK”, que ya hace un tiempo que también cerró. Una vez cerrado el restaurante chino, únicamente un solitario bar subsiste rodeado de locales vacíos que permanecen sin ser alquilados ni vendidos y que, por la disposición estructural de ese pequeño complejo comercial y la ubicación zonal, tienen muy difícil salida al mercado y simplemente hay que ver que son objeto del vandalismo durante las horas que permanecen cerrados, pues el lugar es bastante solitario fuera de las horas de apertura.
Lo que ha sucedido con el Eroski de Parla es gran medida, un ejemplo de pésima o nula planificación de la zonificación de los espacios comerciales. Haciendo memoria, este supermercado fue inaugurado en marzo del año 2006, así que su corta vida activa ha finalizado al cuarto año de existencia. En aquel momento era el único supermercado de grandes dimensiones que existía en esa zona de Parla, dando directamente servicio por su cercanía a los barrios del Leguario Sur y Fuentebella. Su ubicación junto a la avenida hacía que una potencial clientela de Parla-Este también se desplazará hasta allí porque en aquellas fechas se carecía de supermercados en el barrio, hasta que dos años después se implantaron un Aldi y un Mercadona.
También a los dos años, junto al propio Eroski y pegado pared con pared se construyó el citado minicentro comercial donde se implantó un Mercadona, momento en el cual empezó el menguante punto y final del Eroski y su sentencia de defunción.
El primer gran error fue el fraccionamiento de todo ese espacio comercial del Leguario en tres parcelas independientes (dos supermercados, locales sueltos y un edificio de oficinas recientemente terminado), y sin interconexión entre ellas. Por parte del Ayuntamiento de Parla se debería haber optado, en vez de construcciones aisladas y abiertas al viario, por promover una estructura parcelaria unitaria aglutinada en un solo edificio multifuncional, con un cierre perimetral que impidiera por seguridad el acceso fuera de las horas de apertura y que aglutinara un uso mixto terciario y residencial o únicamente terciario comercial y oficinas con un único supermercado grande, algunas viviendas, oficinas y un aparcamiento subterráneo que diera servicio a todos ellos.
Y el segundo gran error fue precisamente la concesión de sendas licencias para instalar dos supermercados pared con pared. Porque permitir que se instalen juntos dos supermercados que venden exactamente lo mismo, aparte de ser un disparate sin sentido, acaba a medio plazo perjudicando siempre a uno de los dos, como ha sucedido en este caso. Se podría haber considerado la instalación del Mercadona o la empresa que fuera, en otra zona de Parla más apropiada y necesitada de este tipo de comercio.
Es otra más de esas surrealistas e improvisadas ocurrencias que no acontecen ni en Lepe, sólo en Parla.
La misma situación anómala se repite con los tres supermercados situados en el acceso de Parla Centro, junto a la avenida de las Lagunas. Cohabitan en el mismo espacio un Miró, un McDonald´s , un Carrefour (antiguo Caprabo), un Mercadona y, separado por la rotonda hay un Lidl, aunque en este caso se benefician de su situación junto al acceso a la A-42.
Aunque este espacio comercial ya cuenta con más de una década a sus espaldas, también en su momento se debió promover, en vez de cuatro insulsos edificios prefabricados e independientes, un espacio comercial compacto y unitario de mayor calidad y funcionalidad con un recinto cerrado y aparcamientos subterráneos, que aportara mayor seguridad a clientes, vecinos de la zona y, sobre todo, a las propias empresas, con la posibilidad de que los clientes se movieran a uno u otro establecimiento de manera más fácil y ágil, redundando en un mayor valor añadido para los establecimientos implantados.
Ya finalizando y como resumen, al margen de políticas comerciales particulares de cada enseña comercial, el R.I.P/D.E.P. para el Eroski Center de Parla ha sido en gran medida el resultado de un cúmulo de decisiones de planificación erróneas y mal enfocadas en su génesis por parte de la autoridad municipal competente.