Encontré esta pegatina con la imagen del alcalde de Parla en una calle del barrio de Parla Este. En su momento, la aparición de estas pegatinas eran el reflejo de la indignación de jubilados y discapacitados al incrementarles el Ayuntamiento el precio de la tarjeta de transportes que sirve para desplazarse por Parla.
Hace ya tiempo aparecieron muchas de estas pegatinas por toda Parla, pero tuvieron una corta vida porque los servicios de limpieza se encargaron de hacerlas desaparecer de inmediato. Órdenes de arriba que muestran una germánica eficacia en contraste con las habituales basuras, escombros y suciedad generalizada y la degradación medioambiental que se ve por casi todos los rincones de Parla y que en muchos casos permanecen por los siglos de los siglos sin que ningún operario de la limpieza les haga una visita para recogerlas.
Y menos en estos tiempos que corren, pues el multimillonario contrato de la privatizada limpieza viaria firmado con la empresa SUFI ha sido renegociado ante el dramático y depauperado estado de las arcas municipales, y ello implica una drástica reducción en la prestación de servicios de limpieza.
Una imagen vale más que mil palabras, y qué mejor que la del alcalde cuatrero en el barrio de Parla Este, que es como un poblado fantasma del Lejano O-Este, abandonado a su suerte, casi sin árboles que den sombra bajo un sol implacable, sin rastro del ajardinamiento, el carril bici degradado, escombros por doquier, un barrio fantasma(salvo por las terrazas de los bares)con más coches que personas por las calles, constantes robos en garajes, escasa presencia policial, graves fallos estructurales y parcheados urbanísticos en un barrio nuevo, en fin, para que seguir si esto es un filón de despropósitos y aberraciones variadas. Y, por si faltaba poco, también están los multiculturales moradores de las polémicas torres de la Avenida de las Estrellas, que son como el poblado de los indios sioux.
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