Se han hecho de rogar pero al fin ya los tenemos en las
calles del barrio de Parla-Este tras encontrarse por centenares en el resto de
calles de Parla. Allí donde debería haber árboles, simplemente nos encontramos
losas.
Adefesios y parches a los que ya estamos acostumbrados en Parla.
Efectivamente, son los “alcorques enlosados”, esa gran aportación parleña al
mundo del surrealismo y los horrores urbanísticos.
Es el equivalente viario a
la lapidación de la naturaleza a cargo de esos talibanes arrasadores del medio
ambiente, que en el colmo de los despropósitos ponen de este modo la guinda a
los jardines de plástico y cemento, las palmeras tropicales y las florecillas
de quita y pon (por el gasto disparatado en miles y miles de flores a reponer
constantemente).
Es la antítesis de la eficiencia, el ahorro, el paisajismo y
la vegetación bioclimática, palabras alóctonas en un lugar tan peculiar como Parla.
Otro episodio revelador de que lo de la crisis mundial es pecata minuta
con lo que tenemos en las calles de Parla. Estremecedora la caterva municipal
de incompetentes e incapaces responsables del medioambiente parleño que
parasitan con nuestros impuestos.
algo de razon llevas,pero la foto insertada como se puede apreciar si plantan arboles.¿por donde circula el tranvia?
ResponderEliminarPues esa misma pregunta se la podían haber hecho antes quienes sean los responsables de haber diseñado y dado el visto bueno cuando se urbanizó el barrio.
ResponderEliminar¿Para qué construyeron los alcorques si después se han acabado enlosando y quedan estéticamente horrorosos?. Que le hubieran dado continuidad al acerado y se habrían ahorrado esfuerzo, dinero y hubiera quedado infinitamente mejor resuelto.
De todos modos, con la cantidad ingente de espacio que hay en las aceras de las dos avenidas,la resolución espacial es esperpéntica y nada funcional: el sinuoso kaka-rril bici, los parterres de cemento y plástico, charcos enormes que duran días y días porque el kaka-rril bici no tiene evacuación de aguas al estar encajonado entre los impermeables parterres de cemento. Más que espacios diáfanos parece una carrera de obstáculos, baste como ejemplo la invasión constante y permanente del kaka-rril bici de Parla-Este por parte de viandantes, carritos de bebé, carros de la compra, deportistas corriendo, etc. ¿Porqué?. Porque perceptivamente es el único tramo con continuidad longitudinal en la inmensidad de la anchura de las aceras.
Al final parece todo fruto de una lamentable improvisación, y encima nefasta.
Y de todos modos se pueden poner árboles de escaso porte arbóreo, por ejemplo sabina de virginia y aligustre, o incluso con mayor altura, la verticalidad de los cipreses que tanto han proliferado en las medianas de otras zonas de Parla.
En cualquier caso, el modelo tan extendido en Parla de alcorque enlosado o adoquinado no tiene nada que ver con las catenarias porque en muchas otras calles del municipio no existe ni esta hipotética excusa y llevan ya muchos años los alcorques adoquinados sin que hayan plantado nada. Constituyen simbólicas sepulturas arbóreas.