miércoles, 12 de enero de 2011

DELINCUENCIA, MIEDO Y CRÍMENES EN LAS CALLES DE PARLA













Despedimos el año 2010 en Parla con el mayor alijo de drogas incautado en toda España y comenzamos 2011 con tres asesinatos. 





Escalofriante
el cariz del aumento de la delincuencia y la inseguridad ciudadana en Parla de
un tiempo a esta parte, por mucho que algunos  repitan como loros que esta es una ciudad segura. Por supuesto que segurísima si la comparamos con México DF, Buenos Aires o Johannesburgo.


Los elevados índices de fracaso y abandono escolar
unidos al brutal desempleo juvenil, las drogas, la violencia, la falta de
oportunidades, carencias de todo tipo, la tasa de inmigrantes más alta de la Comunidad de Madrid y una
población con una de las menores rentas per cápita de la región, conforman el
caldo de cultivo para convertirse en un polvorín social y marginal, al que se
une la permisividad, dejadez y la pasividad de los mandamases parleños y sus
secuaces, más preocupados por ofrecer falsas e idílicas estampas de Parla en
continuas campañas de imagen y auto bombo pagadas por todos los parleños, que
por resolver los problemas reales del municipio.









No
es casualidad que, por distintos motivos, las dos zonas donde se han producido
los dos primeros asesinatos de 2011 sean de una enorme y constante conflictividad delictiva. Lo del
karaoke chino de Parla parece ya un chiste de los malos. En los últimos meses
ha estado en la primera plana de los medios de comunicación por varias
intervenciones policiales a gran escala, detenciones, juegos y apuestas
ilegales, prostitución, palizas, redadas.....  ¿De
qué actividad tiene licencia este establecimiento tan “melódico y
cantoso”?. 









Y
la calle Torrejón representa un problema que ya viene de muy atrás, un monstruo
que se ha ido alimentando y creciendo con la pasividad y la permisividad antes
aludidas. 







Experiencias
pasadas en zonas de alta concentración de bares y discotecas en un mismo
espacio han demostrado ser nefastas y peligrosas, y muchas de ellas ya están
extinguidas o con una actividad mucho menor que antaño. 


Desde los “bajos” de
Argüelles y Aurrerá en Madrid, pasando por los locales de la plaza cubierta de
Leganés, polígonos en Móstoles o la Costa Polvoranca, en todos los casos semejante concentración de
bares y discotecas derivó en una constante violencia y delincuencia que hizo
que se tuvieran que tomar medidas para desactivar paulatinamente la alta
concentración de establecimientos de esas zonas.









Conozco
a residentes del entorno de la calle Torrejón y aledaños, de los cada vez menos
españoles que van quedando por allí, y tanto ellos como gente inmigrante y muy
trabajadora que está bien integrada, están hartos de las continuas peleas, los
gritos, las agresiones, ruidosas fiestas hasta el amanecer, los destrozos
vandálicos, el trapicheo de drogas, navajazos, coches aparcados donde les da la
gana,...... 







Como
me han confesado varios amigos y conocidos de esta y otras zonas céntricas de
Parla: “no tengo dinero para largarme de aquí”, “si no me he marchado de este
barrio es porque me pagarían muy poco por mi vivienda y no podría irme a
ninguna otra parte” o “Ya somos muy mayores para andar cambiando de piso y
marcharnos a otro lugar”.









En
su hipocresía, las autoridades parleñas se dedican a silenciar toda
esta problemática y mirar para otro lado, lo cual resulta temerario viendo la
paulatina degradación y depauperación a todos los niveles de ciertos barrios de
Parla. El PSOE de Parla ha
creado un limbo para ignorantes, bodoques y adocenados donde los
acontecimientos y noticias negativas no existen. Es como un “Matrix” para
paniaguados y necios. Los parleños nos tenemos que enterar por los medios de
comunicación cuando acontece un suceso de la máxima gravedad de un homicidio,
pero a causa de su nula repercusión mediática en los medios, no se publica nada
relativo a los constantes e incesantes atracos a comercios, asaltos a viviendas
y garajes, peleas, trapicheos de drogas, agresiones, reyertas, robos, etc. que
en ciertos barrios de Parla se han convertido en el pan nuestro de cada día, y
los parleños sólo tenemos acceso a las noticias de todos estos sucesos por
nuestros propios medios o a través de vecinos, amistades y conocidos que,
directa o indirectamente, se han enterado de lo acontecido. 





A  modo ilustrativo, a veces se percibe el miedo y la inquietud en la gente que tiene que esperar  de noche el tranvía a la salida de la estación de Cercanías, porque están deseando que llegue y salir pitando de allí ante el estremecedor panorama que envuelve muchas zonas de Parla cuando cae la noche.







Estos
jerifaltes parleños que viven en sus chalets adosados o en urbanizaciones
privadas, ajenos a toda realidad y que desconocen por completo, o quieren
ignorarlo, lo que sucede en muchos barrios de Parla. Como son manifiestas y ya
conocidas su incompetencia para gestionar los
crecientes problemas sociales que sufre Parla, enseguida huyen hacia delante
replicando con patrañas que si xenofobia, oportunismo, electoralismo, etc. 
Sencillamente patéticos.





Vulgar y ridícula 
la palabrería que retrata a estos "representantes del pueblo", que intentan eludir y desviar la
atención de los problemas y carencias de Parla para esconder sus necedades sin solucionar nada de nada.





Parla cumple ese precepto de la Ley de Murphy que
dice que “cuando las cosas van mal, seguro que van a ir a peor”.

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