«Setecientos euros y el piso es tuyo».
Así se las gasta Abraham D. T. A., de 35 años, apodado «El Rubio».
Como si fuera el dueño. Alude a cuatro bloques ocupados en el número 75
de la calle de Fuenlabrada de Parla, en los que él mismo vive y en el
que tiene instalada su particular «inmobiliaria» desde hace un año, si bien su actividad se ha intensificado en los últimos seis meses.
Son los edificios de la polémica,
ya que están dando muchos problemas y quebraderos de cabeza, tanto a
sus legítimos habitantes, algunos de los cuales se han tenido que
marchar, junto a los que siguen viviendo y soportando la situación y los
destrozos constantes.
También a la Policía Nacional, que no deja de
patrullar y de hacer vigilancias por la zona de manera preventiva. No
puede hacer nada más, a no ser que sorprenda a los «okupas» in fraganti. Si se introducen en una casa habitada, al ser allanamiento de morada, la expulsión es inmediata. Pero aquí, lo normal es la usurpación de un piso vacío y para proceder al desalojo se necesita una orden judicial.
Los inmuebles, de seis alturas, aglutinan 164 pisos, a razón de 41 por bloque. En total hay 183 habitantes censados, pero las almas que moran en esos feos bloques son muchas más.
«Todo el negocio pasa por «El Rubio». Aquí no
entra nadie sin su consentimiento», explican las fuentes consultadas por
ABC. Él, según relatan, se dedica a dar la patada en la puerta, a
quitarla directamente o a cambiar la cerradura para acceder a los
inmuebles vacíos. A veces, incluso, hace butrones de un piso a otro para
«ampliarlo». Así de fácil. A continuación, a cambio de una «módica
entrada», que siempre es de 700 euros, sus particulares «inquilinos» ocupan el inmueble.
Después, según le convenga a este delincuente con más de medio centenar de reseñas policiales a sus espaldas, «les pide cada mes cantidades que pueden rondar entre los 100 y los 500 euros»,
precisan. Pero «El Rubio», un presunto politoxicómano musculado a base
de esteroides, que controla el negocio con un hermano y con un tercero
al que llaman «El compadre», no se fía de cualquiera. «Necesita
referencias», relatan. Si los moradores incumplen las cantidades
requeridas por «El Rubio», son extorsionados. «Hay broncas tremendas y
da palizas a los "morosos"», aseveran. Precisamente, uno de los sus
últimos arrestos, en mayo, fue por amenazas y robo con violencia e
intimidación a varios marroquíes.
«Cañada vertical»
Sin embargo, la mayoría de los «ilegales» no se
atreven a denunciarle. «Impera la ley del miedo, y, si alguno lo hace,
en sede judicial se echa para atrás. Por ello, siempre se va de
rositas».
Muchas de las viviendas deshabitadas han sido
saqueadas previamente. «Algunas están agujereadas y con ladrillos por el
suelo; no tienen ni sanitarios, ni luz ni agua. Pero eso no es
problema, Abraham D. T. A., lo soluciona enseguida haciendo enganches
ilegales y reponiéndolo todo. El negocio es el negocio», cometan.
«Son lo mejor de cada casa. Sobre todo, españoles de etnia gitana y ciudadanos marroquíes, más una minoría de latinos», aseveran fuentes policiales en relación a los «okupas».
Hace poco se produjo una trifulca tremenda
entre magrebíes y españoles de etnia gitana. La disputa fue de tal
calibre que un menor español disparó un tiro al aire con un arma de
fogueo. Intervino la Policía. Los agentes detuvieron a finales de junio a
tres personas cuando iban a entrar en uno de los pisos. «Hay, al menos,
35 controlados por Abraham D., la mayoría en el bloque número 4».
El aspecto de estas construcciones, la mayoría
con antenas parabólicas, es la de «una Cañada Real en vertical». Las
puertas de los portales con los cristales rotos; los trasteros saqueados
y destruidos; los cajetines de suministros con gruesos candados para
que no sean manipulados; basura tirada desde las ventanas o contadores
blindados para que no los roben o hagan enganches ilegales, son una
constante. «A mí me quitaron el mío y me quedé sin luz. Llevo aquí siete
años. Me adjudicó el Ayuntamiento una vivienda con un alquiler con
opción a compra y los problemas han comenzado hace dos años», explica
una residente legal.
«Esto es un foco de
insalubridad, de ruidos nocturnos y de todo tipo de sustracciones en
las zonas comunes», relata. Al principio asaltaron los pisos otras
familias, pero luego llegó «El Rubio», y con él, su negocio de
extorsión.
Lo que hay que acer es echarse a las calles de Parla aciendo patrullas ciudadanas ya que ni la policía ni municipal acen sus trabajos. Pedir la dimisión del alcalde y elecciones anticipadas pero para eso los ciudadanos nos tenemos que poner las pilas. yo no kiero que mis hijos se críen en una ciudad como Parla, sucia corrupta insegura y llenas de delincuencia. Es vergonzoso
ResponderEliminarLo q tienen q hacer es q la ley cambie,y ya veran como se acaban los ocupas
Eliminartendriamos que hecharnos a la calle armados a la caceria de estos perros al descaste , ni policia ni ostias que dicen que tienen las manos atadas que no pueden hacer nada dicenpero cuando les dan la orden de desinfectar como hicieron en la espo de sevilla joder que limpieza hay si podian como cambia el cuento cuendo no interesa, como no interesa lo suyo organizarse en patrullas por barrios y la ley del silencio , los ajustes de cuentas para estos parasitos es lo que se les suele aplicar cuando se les encuentra muertos. Señores el palo en las costillas es un metodo antiguo y eficaz......
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