El pasado sábado 21 de noviembre, al pasar por la cosmopolita plaza de la estación de Parla, había unos jóvenes haciendo entrega del papel que encabeza estas letras, y que hacía alusión a una concentración de protesta para reclamar que se solucione la actual situación de crisis y desempleo que, en su caso particular, estaba haciendo mella muy seriamente en sus vidas.
Charlando con ellos afirmaron que no pertenecían a ningún partido político y simplemente estaban desesperados porque hacía ya muchos meses que no encontraban trabajo, que eran carnaza de la mundialmente famosa cola del paro en la calle San Blas y que tenían la desgracia de ser parleños, lo que todo ello conllevaba implícitamente en un municipio donde poco a poco lo normal es casi estar desempleado. Así que habían decidido tomar la iniciativa de hacerse oir y clamar al cielo por una desgracia que afecta a los parleños más que a ningún otro ciudadano de cualquier otro municipio.
Entrar a juzgar y analizar las causas de todo el desastre socioeconómico y los dramas humanos que hay detrás de cada puerta de estas desafortunadas personas, podría dar mucho de sí porque es una situación que ha venido gestándose a lo largo de muchos años y que conduce al mismo culpable: el Ayuntamiento de Parla. Años de despilfarros, de privatizaciones masivas, de desastres urbanísticos que han ido alimentando el monstruo del paro y la pobreza. Años de dinero tirado en caprichos equinos al estilo de Calígula, de Audis municipales, de inútiles e ineptos cargos de confianza cobrando sueldos millonarios, de dejar al municipio tan abandonado que de ningún modo resultase atractivo a las inversiones de capital privado que siempre iba a todos los municipios vecinos menos a Parla.
Años, décadas de nepotismo, de entender que el medio ambiente se reduce a sintasol verde, flores de un día, alcorques adoquinados y palmeras millonarias. Décadas de permisividad y pasividad municipal con todo tipo de infracciones ciudadanas, de fealdad urbana, de falta de criterios urbanísticos racionales, de faraónicas obras que han sido un pozo de gastos sin fin con tal de aparecer en efímeras fotografías mostrando falsas sonrisas.
En definitiva, una locura municipal sin parangón que ahora se traduce en miseria y desgracias, que se retroalimenta de desesperanza por falta de alternativas ante el estallido de una burbuja inmobiliaria en la cual España se hallaba inmersa desde hace muchos años y que pocos querían reconocer como tal ni preveer su abismal descenso a los infiernos de la pobreza y la marginación social derivada del desempleo crónico. Porque Parla, es masivamente una ciudad donde gran parte de sus habitantes estaban ligados a trabajos de escasa o nula cualificación o vinculados al sector de la construcción que se derrumbó a la par que el estallido de la monstruosa burbuja inmobiliaria.
Es lo que hay, no pueden aspirar a más por su escasa formación y cualificación. "No skills, no work", que citan los economistas anglosajones para mostrar que en el conjunto de la economía mundial, se requiere una capacidad de metamorfosis y adaptación a cada nueva situación planteada por los vaivenes de la economía y sus ciclos. Y quien no está educativamente formado ni cualificado, ni habla idiomas ni se recicla profesionalmente, tiene todas las de perder. Es fácil enunciar la receta, pero para gran parte de las personas ya es tarde.
En un contexto global de competitividad y alta cualificación, España se está quedando fuera de juego y Parla ejemplifica el extremo negativo de todos esos problemas implícitos.
Jamás se ha creado excelencia en Parla, sólo un engendro fagocitador de almas humanas, un suburbio con corazón de ladrillo y hormigón, donde sobrevivir y volver a dormir cada dura jornada de los afortunados que aún tienen trabajo.
Ejemplo de un más que probable caso de nepotismo en el Ayuntamiento de Parla:
ResponderEliminarEl caso del conserje electricista y fontanero.
Me he presentado a un concurso-oposición para dos plazas de conserje con contrato de relevo en el Ayuntamiento de Parla. Se trata de las plazas núm. 263 y 463 de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT). Después de pasar los ejercicios teóricos, en el examen práctico me dieron herramientas y me pusieron a montar y desmontar una toma de corriente eléctrica y también un mecanismo de esos para el llenado y vaciado de agua en una cisterna de inodoro. Me ha parecido todo muy extraño y no he quedado nada conforme.
Las bases de la convocatoria dicen claramente que el supuesto práctico será relacionado con la plaza a la que se opta. ¿Es lógico hacer ese tipo de prueba? A mi me parece que lo que me han puesto es propio del personal de mantenimiento o de oficios ¿no?.
He consultado el Convenio Colectivo del personal laboral del ayuntamiento para ver cuáles pueden ser las funciones del puesto de conserje y, curiosamente, no aparecen reguladas las las funciones de cada categoría de los trabajadores.
Por otro lado, La RPT vigente del ayuntamiento está publicada en el BOCM nº 117 del martes 19 de mayo de 2009. Las bases de convocatoria recogen dos plazas (la 263 y la 463) cuya denominación real es la de peón y no conserje.
¿Qué les parece?
Gracias por tu testimonio. De buena mano conozco multitud de casos directos, incluídos vecinos y conocidos que a duras penas sabían leer y escribir, que han entrado a trabajar en el Ayuntamiento de Parla simplemente por estar afiliados al PSOE. Se crean concursos-oposiciones a medida y se coloca a quien se pretende, siempre en procesos plagados de irregularidades. Es un verdadero escándalo y así lleva décadas el Ayuntamiento de Parla, lo que se traduce en que gran parte de su personal es realmente incompetente y no está capacitado para ejercer las tareas encomendadas. Es bochornoso en distintas áreas la de inútiles y vagos que hay, cargos de confianza, asesores y demás puestos que constituyen un expolio de las arcas públicas y una tomadura de pelo a la ciudadanía.
ResponderEliminarY mientras la gente preparada, con carreras, idiomas, masters, cursos, etc. que jamás puede acceder a un empleo público porque no se realiza ningún proceso selectivo legal, limpio y transparente.
Este sí que es el verdadero cáncer de Parla que repercute brutalmente en toda la dinámica del municipio.
Me gustaría hablar contigo, conserje fontanero-electricista.
ResponderEliminar