En consonancia con el clima de inseguridad que sacude la ciudad, una empresa más ha cerrado sus puertas en Parla. El supermercado Maxi
Día situado en la márgen derecha de la salida de Parla Norte, y que no hacía ni
un año que había abierto sus puertas, ha tenido que cerrar y con ello se
produce la consiguiente pérdida de puestos de trabajo. Esta vez no ha sido por la bajada de las ventas o falta de clientes como ocurrió con el Eroski del Leguario o el Aldi de Parla Sur, pues pese a su inaccesibilidad peatonal, muchos establecimientos hosteleros hacían allí sus compras. Ha cerrado el Maxi Día
debido a los incesantes robos y atracos que ha sufrido en este año de
existencia y que han hecho insostenible su viabilidad. Este caso resume a la
perfección dos de los grandes dramas de Parla, dos más entre muchos,
intrínsecamente relacionados, la inseguridad y el desempleo.
Sólo mencionar que hace dos semanas, caminando por la
mismísima y céntrica calle Pinto, me acerqué al pasar por allí al ver cierto
revuelo de voces y personas. También estaba la policía presente en torno a un
grupo de gente. Instantes antes, unos atracadores habían rociado un spray en la
chaqueta de una señora, la advirtieron de una mancha y aprovecharon el descuido
para llevarse la chaqueta y la cartera que llevaba en su interior. Allí estaba
la pobre mujer presa de un ataque de ansiedad y desesperación atendida por los
empleados de una cercana tienda de telefonía, que habían sido los primeros en
acudir a socorrer a la desdichada mujer.
Son las noticias que nunca saldrán en los medios de
comunicación pero que desgraciadamente son el pan nuestro de cada día en Parla,
inmersa en un clima de inseguridad y delincuencia que se palpa en las
calles y la vida cotidiana, aunque los necios y la aristocrática casta
apesebrada, seguirán mirando para
otro lado, llamando a esto casualidad o echando balones fuera, cuando no
recurriendo al insulto y al fanatismo que les caracteriza.
Otra empresa más que cierra sus puertas. Unas por unos
motivos y otras por otros pero en resumidas cuentas resulta espeluznante y
devastador realizar un recorrido por los distintos polígonos “industriales” de
Parla, zonas desoladas y decrépitas, con negocios abandonados, naves en ruinas,
basura y escombros por doquier y donde de la crisis ya había comenzado incluso
mucho antes de del estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica
que atenaza a España.
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