jueves, 9 de febrero de 2012

Inmovilizados tres millones de euros en patrimonio inmobiliario en Parla a una banda de aluniceros












La Guardia Civil ha desmantelado uno de los grupos más activos de
alucineros que actuaban en el ámbito de Madrid durante los últimos
meses. Además se les ha inmovilizado un patrimonio por valor de tres
millones de euros en chalés y pisos situados en Parla. Entre los
arrestados esta el 'Isma' uno delincuente que se escapó de la Policía
durante el sepelio del padre de un familiar.








En una operación que se inició el pasado viernes y que concluyó el
domingo, los agentes de la comandancia de Tres Cantos lograron detener a
27 integrantes de una trama orquestada que se dedicaba al robo por el sistema del alunizaje.








Según explicaron fuentes cercanas a la operación, la gran mayoría de
los capturados es de nacionalidad española. No se les vincula con los
robos que se han producido durante el fin de semana pero sí con gran
cantidad de los cometidos en la comunidad de Madrid durante los últimos
meses.








Según ha informado la Guardia Civil, la banda actuaba en Madrid,
Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha y se han
esclarecido hasta el momento una treintena de robos con fuerza y varios
robos de vehículos de alta gama.








Los 27 detenidos formaban parte de un grupo que se dedicaban a
alunizajes en la zona sur de Madrid. Utilizaban por un lado coches de
lujo que luego vendían y coches de gama baja con la que aseltaban los
robos.








En los registros se han incautado 50 inhibidores de frecuencia, diamantes y ropa valorada en más de 50.000 euros, entre otras cosas.


Una patrulla de la Guardia Civil identificó uno de los vehículos que
pudo participar en los robos y que realizaba labores de vigilancia y que
resultó ser propiedad de un conocido delincuente muy peligroso y
especializado en el robo por el método del alunizaje.








Las pesquisas se centraron en este hombre y permitieron descubrir que
junto a otro socio, también con un amplio historial delictivo, había
tejido un complejo entramado para perpetrar los robos, deshacerse de los
automóviles y blanquear el dinero.








Todos los coches sustraídos y utilizados para otros robos eran
trasladados a una finca de Chinchón (Madrid), donde se desmontaban y se
vendían por piezas a talleres y concesionarios multimarca, entre los que
se ha encontrado un taller especializado en la reparación de taxis.








Para blanquear el dinero, los dos cabecillas de la red contaban con
testaferros de su propio entorno familiar a cuyo nombre ponían las
propiedades, utilizando para ello documentación falsa, con la que
incluso han llegado a firmar hipotecas.
















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