jueves, 23 de febrero de 2012

Fraile, acorralado: bronca y petición de disolución del Ayuntamiento de Parla






 Varios centenares de vecinos y trabajadores municipales acudieron al Pleno para protestar por los impagos de Fraile.








Lastrado
por una deuda cercana a los 200 millones de euros, en minoría en el
consistorio y con los trabajadores públicos y una gran parte de los
vecinos en su contra, el Gobierno socialista de Parla tiene desde ayer
un nuevo frente abierto: la decisión del PP de solicitar al Consejo de
Ministros la disolución del Ayuntamiento de Parla y su sustitución por una junta
gestora
. Así lo anunció el portavoz de los populares en el consistorio,
Miguel Ángel López, durante el Pleno extraordinario celebrado para
analizar la difícil situación económica que atraviesa la ciudad.



Según López, la disolución estaría más que justificada: «La Junta de
Gobierno, el alcalde y el concejal de Hacienda vienen cometiendo de
forma reiterada delitos de malversación de caudales públicos,
prevaricación y alzamiento de bienes».
 





Aunque se trate de un
procedimiento que se ha puesto en marcha en España sólo en una ocasión
–en Marbella tras los escándalos del «caso Malaya»–, el líder de la
oposición cree que sería «la única forma de garantizar la nómina de los
empleados públicos y la prestación de servicios a los vecinos». 





Frente a
este órdago, el alcalde parleño aconsejó a López presentar una moción
de censura como ejercicio de responsabilidad y de valentía política:
«Que no nos haga perder el tiempo y que deje de crispar la vida política
y social de la ciudad».



La petición de disolver el consistorio se convirtió de esta forma en el
plato fuerte de un Pleno que desde muy temprano se presentaba caliente.
Ni siquiera la estrategia de convocarlo a las 8:30 de la mañana evitó
que el salón consistorial se llenara hasta la bandera de vecinos y de
trabajadores municipales que no han percibido todavía el 60% de la
nómina correspondiente al mes de enero. Expresaron su descontento hacia
la gestión de Fraile con continuas recriminaciones y gritos en los que
reclamaban la dimisión de los ediles socialistas. 





Los empleados públicos
interrumpieron el debate en varias ocasiones para exigir el pago de sus
nóminas de enero –«¿Dónde está nuestro dinero?», «Menos cuento y más
pagar»
–, para recordarle al alcalde que él en su despacho sí disfruta de
comodidades que, por ejemplo, algunos colegios no tienen –«¡Aquí sí hay
calefacción!
»– e incluso tuvieron un recuerdo para el predecesor de
Fraile en la alcaldía, Tomás Gómez, al que rebautizaron como «Impagus». 





Los allí congregados también exigieron la dimisión de los concejales de
Izquierda Unida, especialmente en los momentos en los que su portavoz
trató de desviar el debate hacia temas como la política educativa de la
Comunidad de Madrid o las manifestaciones de los últimos días en
Valencia. «Estamos en Parla, no en Valencia»,
contestaron desde las
tribunas.




 


Talante dictatorial











 


El clima de tensión fue acrecentándose conforme se sucedían los puntos
del orden del día y se confirmaban las sospechas de que el alcalde no
estaba dispuesto a permitir que las propuestas del PP se sometieran a
votación.
 





Sobre ningún tema pudieron pronunciarse los distintos grupos.
Ni sobre el cambio de gestión de los servicios deportivos, ni sobre la
iniciativa de dar la máxima prioridad al pago de la calefacción y la
limpieza en los colegios ni en torno a la revocación de los 66 despidos
de trabajadores municipales que Fraile aprobó el pasado mes de octubre. 





El popular Miguel Ángel López criticó duramente que a los concejales se
les impidiera ejercer su derecho al voto: «Nosotros pensábamos que esto
sólo pasaba en las dictaduras más rancias. Al alcalde no le gusta que se
voten las cosas que son importantes para este municipio. Es una actitud
dictatorial y fascista».




El rechazo a someter a votación las iniciativas del PP no evitó, sin
embargo, que el Grupo Socialista se quedara solo en todos los puntos a
debate. Soledad especialmente significativa en la exigencia de que abone
a los empleados públicos el 60% que todavía les adeuda del mes de
enero. Estos trabajadores abandonaron el salón consistorial sin una
respuesta en torno a cuándo percibirán este dinero. 





La cuestión quedaba
en el aire, pero el propio Fraile, que durante el Pleno sólo intervino
para dar la palabra a los portavoces de los grupos, la aclaró después
ante los medios: «El 29 de febrero cobrarán una nómina, es decir, el
cien por cien  del importe total de una nómina entera. Queda un 60 por
ciento por ingresar. Habrá que ir ejercitando los pagos». Sobre las
sentencias que obligan al Ayuntamiento a readmitir a los empleados que
fueron despedidos en octubre, Fraile
subrayó que él acatará los fallos, aunque dejó la puerta abierta a
recurrirlos si sus servicios jurídicos así lo avalan.







 


Un debate  sin testigos gráficos





 


Al margen de la inusual hora a la que fue convocado, las 8:30 de la
mañana, y de que los grupos no pudieran votar las propuestas, el Pleno
extraordinario celebrado ayer en Parla tampoco pudo ser cubierto con
normalidad por los medios de comunicación. Ni cámaras de televisión ni
fotógrafos pudieron entrar al salón plenario para poder captar imágenes
del debate. Obstáculos a los que no deben enfrentarse  los informadores
gráficos en la inmensa mayoría de los municipios madrileños. Los grupos
de la oposición han denunciado en reiteradas ocasiones que la
prohibición de entrada a los fotógrafos y a los cámaras no es lógica en
un ayuntamiento democrático. Como alternativa, el equipo municipal
ofreció a los medios una única fotografía (la imagen de la izquierda) en
la que puede verse a los concejales en el Hemiciclo.







LA PARLA REAL... Varios centenares de vecinos y trabajadores municipales
acudieron al Pleno para protestar por los impagos de Fraile. Ésta es
una de las pocas imágenes que las cámaras pudieron captar.




... Y LA VERSIÓN OFICIAL. El Ayuntamiento ofreció a los medios una única
imagen del Pleno. Sólo se ve el hemiciclo. Ni rastro de las protestas
contra el Gobierno socialista.













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