El padre de uno de los
alumnos del centro María Montesori muestra la circular en la que se
pedía que llevaran a sus hijos abrigados.
Un problema más o menos
cotidiano puede tener muy diferentes desenlaces según el punto
geográfico donde se produzca. El mismo inconveniente que este lunes
provocó una batalla campal entre radicales de izquierda, estudiantes del
instituto público Lluis Vives y agentes de Policía en Valencia –y que
se saldó con 25 manifestantes en el furgón policial–, lleva años
sucediendo en nada menos que seis colegios públicos de un feudo
socialista como es el Ayuntamiento de Parla (Madrid) sin levantar el
mayor revuelo.
En la capital del Turia los estudiantes salieron a la calle para
protestar por la supuesta falta de calefacción en un centro en el que
nunca se cortó el suministro. En Parla, en cambio, los alumnos de hasta
seis centros escolares públicos (precisamente uno de ellos se llama
también Luis Vives) llevan varios inviernos viendo cómo desde los
radiadores de sus aulas sale calor un día sí y otro no sin que los
agentes hayan tenido que mediar en un conflicto que aún no está
resuelto.
Así, mientras el pasado miércoles la diputada socialista Leire Pajín se
quejaba en el Congreso de que «cuando los jóvenes protestan porque no
tienen calefacción en su instituto y tienen que asistir a clase con
manta en las escuelas de hojalata, se encuentran con una represión
brutal de la Policía...», en Parla se esperaba la llegada de un camión
cargado de gasoil que sólo pasa, explicaron los padres de los alumnos
afectados, cuando en las aulas sus hijos ya llevan al menos un par de
días pasando frío.
El conflicto ha llegado hasta el extremo de que la directora de uno de
los centros afectados pidió a mediados del mes pasado a los padres de
sus alumnos que tuvieran en cuenta que el colegio era un auténtico
congelador a la hora de vestir a sus hijos para asistir a clase: «Hoy 16
de enero de 2012, el centro no ha tenido calefacción por falta de
gasoil. Se han realizado las gestiones oportunas con el Ayuntamiento de
Parla y se va a intentar solucionar el problema con la mayor brevedad
posible. Se desconoce la fecha en que la calefacción volverá a
funcionar. Ruego manden abrigados a sus hijos al colegio», pidió en su
comunicado Sonia Gigorro, la directora del centro de educación especial
María Montesori. Al día siguiente, el Ayuntamiento de Parla,
responsable del mantenimiento de los centros de educación primaria de su
localidad, aún no había resuelto el problema.
Los padres, ya desesperados, están hartos de reunirse con el concejal de
Educación para que les dé una solución que es pan para hoy y hambre
para mañana. «Cuando ven que la situación es insostenible, mandan un
camión, le pagan entre 1.000 y 1.500 euros y les callan la boca durante
unos días pero no terminan con el problema», explicó uno de los
afectados de este colegio que cumple con creces los requisitos de los
centros de «hojalata» de Pajín.
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