Las cifras de multas son alarmantes y uno de
cada cinco conductores parleños ha sido ya multado por los insaciables
radares. Ni siquiera la salvaje cantidad de multas diarias benefician a
las arcas municipales parleñas, ya que, además de castigar
a los conductores parleños de forma sistemática, la que se queda casi
toda la recaudación(el 80%) es la empresa vasca Bilbomática. Los
carteros de Parla no dan a basto de repartir las notificaciones. El
anterior alcalde, el socialista José María Fraile, regidor hasta su
detención por la Guardia Civil e imputación en la Operación Púnica
anticorrupción, privatizó el pasado marzo un servicio que, como tantos
otros, antes era público.
Por ejemplo, del 4 al 16 de noviembre la
descomunal media de multas fue de ¡400 multas diarias y 63.000 euros
recaudados al día!. El arruinado Ayuntamiento de Parla ha impuesto en
sólo mes y medio (entre octubre y noviembre) la salvaje cifra
de casi 12.000 multas de tráfico a través de una nueva empresa privada
vasca que gestiona este servicio, lo que equivale a un total de dos
millones y medio de euros en infracciones. La catastrófica deuda de
Parla, de casi 370 millones, según Hacienda, está «ahogando» a los
parleños, que parecen estar sufragándola a golpe de multas de tráfico.
El estado de Parla es desastroso y de un abandono total.
Ni siquiera Kitt, el famoso coche fantástico
de Michael Knight quiere pasar por Parla no sea que lo roben o los
radares saqueadores le multen. Si algunos venían lo justo a Parla y por
obligación, ahora es claramente un lugar a evitar. De hecho para las
compras, ocio y demás servicios los parleños tienen que salir fuera a
otros municipios porque aquí en la deprimente, okupada y
empobrecida Parla no hay de nada.
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