Conocidos y sonados son los despilfarros a manos llenas del Ayuntamiento de Parla. La lista se remonta a décadas, es infinita y en constante crecimiento, desde las comilonas de los próceres municipales y su camada de amistades en las "jornadas gastronómicas" pasando por los imperiales caballos de la policía que hubo que malvender, enormes gastos en estéril publicidad institucional en medios de comunicación, subvenciones millonarias a los estómagos y altavoces agradecidos y muchas más fechorías de la más disparatada índole en forma de chapuceras obras públicas. Todo ello en la ciudad más pobre y subdesarrollada de la Comunidad de Madrid.
No iba a escribir sobre el asunto del último de los despilfarros que retrata al consistorio parleño, conocido por su arrasadora capacidad destructiva medioambiental, porque es patético, aunque necesario por cuestiones de dignidad, mostrar las andanzas de unos inútiles con cargos institucionales que están esquilamando el patrimonio de los parleños y que en cualquier empresa privada no llegarían ni a conseguir un puesto de mozo de almacén o personal de la limpieza porque no valen para más. No tienen talento pero sí mucha caradura.
Pero me han escrito unas cuantas personas que ayer mismo daban fe que en el Parque de las Comunidades seguían allí todas las macetas con todas las flores ya muertas, muestra inequívoca del despilfarro económico en la compra de unas flores que han costado un dineral y se han dejado morir todas por la flagrante inutilidad, caradura e inoperancia de los responsables de este tema.
Pues sí, desde hace ya dos semanas, miles y miles de flores con sus correspondientes macetas en indefinida espera de ser trasplantadas, se acumulan abandonadas en una zona del decrépito y tétrico Parque de las Comunidades. Se depositaron allí por la empresa suministradora y allí han permanecido abandonadas hasta el punto de que ya se han marchitado todas y son inservibles.
Así pues, otra ingente cantidad de dinero de todos los parleños tirado a la basura. Estas imagenes, captadas el día ocho de febrero, cuando todavía quedaban algunas flores vivas, significan todo un ejemplo de caos y mala gestión, y constituyen un insulto y una tomadura de pelo a todos los parleños. Otra más. Esto es miserable e intolerable.
¿Sabrán esa gente desempleada, que desde la madrugada hace colas interminables en la calle San Blas en condiciones infrahumanas, que con el dinero derrochado en esta ocasión podrían comer unos cuantos parados y sus familias ese mes?.
La reunión se celebró en el polideportivo del colegio “Rosa Montero”. Se habían dispuesto sillas para acomodar a los asistentes, que se ocuparon casi en su totalidad, y en resumidas cuentas, entre gente sentada y de pie, se alcanzó un aforo unas 150 personas allí presentes. Era sorprendente la gran cantidad de gente mayor que había, de los que ya no cumplen los 60, cuando en realidad en el barrio la presencia de gente joven es mayoritaria. Es cierto que entre el público había familiares del alcalde, empleados municipales de confianza, amistades y muchos miembros del partido socialista de Parla.
No hubo ningún tipo de megafonía, lo que obligaba a respetar los turnos de palabra porque de lo contrario se generaba un murmullo que hacía imposible cualquier comunicación por ambas partes.
Una chica, que dijo ser la presidenta de la presunta “Asociación de vecinos de Parla- Este”, perteneciente a ese subvencionado e inoperante entramado de asociaciones satélites amiguetes del poder local, presentó al alcalde, el cual en líneas muy generales comenzó diciendo en qué iba a consistir esta reunión vecinal y cómo se estructurarían tanto la presentación como los turnos de preguntas y respuestas.
A continuación, el alcalde hizo un inciso para explicar y aclarar los pormenores del polémico ajardinamiento de Parla-Este. Así que cedió la palabra al responsable de dicho ajardinamiento, de nombre Ignacio y que también fue el encargado del ajardinamiento de las zonas aledañas del recorrido del tranvía, con lo cual ya empecé a atar cabos y a comprender lo del césped artificial, los cristalitos, las florecillas y otras catástrofes botánicas ya conocidas.
Esta persona trajo un ordenador portátil y un proyector para mostrar imágenes técnicas de todos los planos del ajardinamiento por zonas, especies vegetales, etc., aunque no había pantalla y la proyección se realizaba sobre la propia pared del polideportivo, lo cual hacía ilegibles tanto el texto como las imágenes debido a su reducido tamaño.
Ignacio, de buena fe se esforzó en describir el porqué del diseño del ajardinamiento según sus criterios paisajistas, especies plantadas en cada zona, los montículos de cemento y césped artificial, diferenciación vegetal y de diseño según avenidas, calles, parterres, etc.
Una profusa explicación que muestra que el problema y el grave error de fondo es en realidad su visión entrañable y zen y su propio criterio paisajista más cercano al Feng-Shui que a la realidad de cada día en un núcleo urbano de las características de Parla.
Desde hace ya unos cuantos años y cada vez más, pues es una tendencia lógica y racional, el modelo de jardinería que se aplica en cualquier ciudad tiene tres criterios básicos: frondosidad y resistencia frente al uso y las posibles agresiones vandálicas e incívicas, economía en el consumo de agua y en el coste económico de la mano de obra. Temas como las flores de temporada o las praderas de césped natural, a causa de su fragilidad e ilimitado despilfarro en recursos humanos y económicos, pertenecen ya al pasado, salvo en ubicaciones muy particulares y concretas. Ya se priman estos criterios sobre cualquier otro y los resultados son excelentes: zonas verdes arbustivas regadas por goteo por las que nunca tienen que pasar los jardineros y siempre están lustrosas y frondosas.
Lo que defiende y aplica en Parla este profesional, quizás esté bien para una ilustración, estudio o boceto que no salga de una pantalla del ordenador, pero la realidad de los ajardinamientos urbanos dista mucho de esas bucólicas ensoñaciones paisajísticas. En Parla existe un descomunal gasto económico y de mano de obra en las flores de temporada que se plantan y desplantan por miles en multitud de lugares. Incluso en los alcorques de las avenidas parleñas, donde con la contaminación de los vehículos, en vez de dos semanas duran cinco días. Lo normal es reducir hasta el simbolismo las praderas de césped natural y las plantaciones de flores de temporada a puntuales y contados lugares emblemáticos. Pero esto no sucede en Parla, donde parece que va con veinte años de retraso respecto a lo que se hace en otras partes.
Una vez finalizadas las explicaciones del “paisajista” el alcalde comienza a desgranar pormenorizadamente las inversiones del próximo plan E, sobre todo las relativas a Parla-Este, con el inciso de un par de obras de ámbito municipal como la pasarela en la A-42 para acceder al parque empresarial, un carril-bici por Parla y el Centro de Día para discapacitados, que debería haberlo construido la Comunidad de Madrid en el ejercicio de sus competencias, pero como se ha negado y le parecía una vergüenza dejar desatendidas a esas personas discapacitadas, ha tomado la iniciativa de que se sufrague con fondos estatales.
Las obras que afectan parcial o totalmente al barrio de Parla-Este serán:
-Colocación de 150 cámaras distribuidas por toda Parla, destinadas al control del tráfico en las avenidas y la vigilancia de los edificios públicos.
-Accesos al Parque de las Comunidades: Se habilitará una entrada a dicho parque por la parte sur de Parla-Este y se mejorarán los accesos construyendo una acera. Lo del carril-bici en está zona no quedó claro.
-Se habilitará un local municipal en el Paseo de la República Dominicana para trasladar la oficina de atención ciudadana que ahora mismo está ubicada en la carpa que hay dentro del parque.
-La segunda fase del ajardinamiento de Parla-Este se realizará con fondos del plan Prisma de la Comunidad de Madrid.
A continuación, para establecer un orden en el turno de preguntas, se fue apuntando en una lista a la gente que quería preguntar. El alcalde tomaba notas de las cuestiones planteadas para después pasar a responderlas. Aquí se relatan las quejas vecinales y sus respuestas:
-Los excrementos caninos y la limpieza en general: Monopolizaron un buen rato estas cuestiones relativas a la limpieza y el civismo por las reiteradas quejas. El alcalde tiene toda la razón en este asunto. Se puede sancionar a un vecino como medida coercitiva para evitar que ese “cerdo” no vuelva a repetir la fechoría, pero un perro defeca tres veces al día y al final se genera una cantidad de excrementos desmesurada.
Aunque hubiera un millón de "sanecanes", el dueño incívico de un perro seguiría sin recoger los excrementos de su can. De hecho las personas que recogen las deposiciones de su perro siempre llevan su propia bolsa, y la experiencia dice que poniendo un "sanecan" con las bolsitas, llega el vándalo de turno se lleva todas las bolsas y deja el invento inutilizado. ¿Se pone un barrendero o un policía detrás de cada vecino con perro o del que no deposita la basura en el lugar correcto o nunca tira las cosas a la papelera?. Eso es humanamente imposible. Es cuestión de educación y persuadir con sanciones a los guarros.
Comenta una vecina que incluso el parque y las zonas verdes dan asco a causa de la gran cantidad de excrementos caninos y que es obligatorio llevar el perro atado pero nadie lo hace. La vecina recalca que varias veces se ha encarado con dueños de perros y estos le han respondido de manera grosera y agresiva. Se queja del vigilante del parque por inoperante al no salir jamás de su chiringuito ni querer saber nada de las quejas cuando se le avisa.
-Impuestos muy caros: Hubo quejas sobre lo onerosos que son en Parla tanto el IBI como el impuesto de circulación, pero en este caso es obvio que a falta de grandes empresas en Parla los que se tienen que arrascar el bolsillo son los vecinos. En los municipios con grandes empresas y tejidos industriales de gran envergadura, como Fuenlabrada, Leganés. Alcorcón, Pinto, etc. se pueden permitir el aplicar unos impuestos más reducidos que en Parla porque los impuestos pagados por la gran cantidad y envergadura de las empresas existentes en esos municipios lo compensan con creces.
-Centro de Salud: el alcalde menciona la tremenda saturación del Centro de Salud de las Américas y la necesidad de construir un Centro de Salud en Parla Este, algo que parece que va por buen camino tras largo tiempo insistiendo ante la Comunidad de Madrid.
-Por millonésima vez habló de la construcción de la Casa de la juventud y del privatizado polideportivo de Parla-Este, que se reduce a una piscina climatizada, pequeño pabellón cubierto, un gimnasio y un supermercado, dedicando la mayor parte del terreno de esa parcela al aparcamiento de superficie. Nada que ver con la Ciudad Deportiva o Centro de Alto Rendimiento que figuraba en los fantasiosos planos iniciales de Parla-Este para esa parcela.
-Accesos a la R-4 y a la M-410: Se construirá un acceso desde la parte sur de Parla-Este hasta la carretera M-410, una autovía que une la A-4 y la A-5, aunque sólo está construido el tramo entre la A-5 y el hospital de Parla. De la continuación del tramo restante, es decir, del hospital de Parla hasta la A-4 en Valdemoro, no se tienen noticias y está parado.
Se volvió a pedir una salida por la R-4 desde la carretera de Pinto para evitar que meterse en la boca del lobo que es la rotonda y la salida de Parla Norte y que ese tramo que llega hasta la M-50 en teoría fuera gratuito porque el peaje está más abajo de ese punto de acceso. El alcalde se limita a mencionar problemas de competencias entre Administraciones, la concesionaria de la R-4es una empresa privada, etc. En fin, este tema debe ser bastante complejo.
-Nuevos accesos al barrio desde la carretera de Pinto: a la insistencia vecinal de que tras que su reciente construcción son una chapuza, el alcalde comenta que lógicamente falta una rotonda en esos accesos, al igual que hay que desdoblar la carretera de Pinto, pero como esa una vía de titularidad autonómica, está a la espera de los permisos para construir la citada rotonda.
-Autobuses municipales: el alcalde desmiente los rumores de desaparición de las líneas municipales y ante las quejas vecinales recibidas se ha decidido aumentar las frecuencias de paso y prolongar el recorrido por la parte sur de Parla-Este.
-Quejas sobre el tranvía y las paradas de regulación: se comenta que generalmente entre esperar el tranvía, hacer el trayecto y la parada obligatoria, se tarda más tiempo que en ir en Cercanías a Madrid. También hay quejas sobre la regulación del tiempo de parada y el lugar.
-Estaciones de Cercanías: la historia ya conocida desde hace bastantes años de que se construirán sendas estaciones de Cercanías en el hospital y junto a las cocheras del tranvía. La que tiene más cuerpo de ser real es la que se hará junto a las cocheras del tranvía, pues ya se ha acabado la redacción del proyecto y es el Ministerio de Fomento el que debe comenzar las obras. Se trata de una estación con un aparcamiento para 450 vehículos y conexión con el tranvía. Un vecino insiste en que esa estación no está ni de lejos en Parla-Este, pero el alcalde se limita a decir que es la estación que “dará servicio” a Parla-Este.
-Un vecino que antes vivía en Pinto le espetó al alcalde: “Cuando les comenté a mis amistades que me venía a vivir a Parla, todo el mundo se reía de mí y empleaban los conocidos tópicos y chascarrillos, así que alcalde, convénzame de que Parla es un buen lugar para vivir”.
El alcalde se despachó con la conocida historieta de que en Parla somos un pueblo de gente luchadora venida de todas partes y cuando él era niño el pueblo era muy pequeño y no había nada y ahora es una gran ciudad y bla, bla, bla...........
-El mismo vecino comenta que las comunicaciones de transporte público con Pinto, municipio al que se tardan cuatro minutos en llegar en coche, son tercermundistas y dependen de una única línea de autobús, la 471, cuyo servicio es lamentable. Propone un servicio de lanzaderas Parla-Pinto.
-Seguridad ciudadana: En casi todos los garajes de Parla Este se han producido robos. El alcalde comenta que según datos policiales Parla-Este es un barrio seguro y que existe un protocolo de actuación tras el robo en un garaje y que es............cambiar los códigos de los mandos a distancia.
-Falta de aparcamiento en las calles Estrella Polar y Estrella Denébola: los vecinos se quejan de que en estas dos calles transversales a las dos grandes avenidas, especialmente en la primera de ellas, es imposible a veces sacar el coche del aparcamiento porque hay otros coches obstruyendo las salidas de los garajes o en doble o triple fila, generando un caótico entorno. El gran problema es que en estas calles se concentra una enorme densidad de viviendas entre las torres y los bloques altos. Se debería haber exigido a las constructoras de todas viviendas de esa zona el hacer dos plazas de garaje por vivienda o haber rebajado la altura de esos edificios para que la densidad demográfica fuera menor, pero los lumbreras que diseñaron esa zona debe ser que eran becarios y no se percataron de ello. Era algo que se veía venir tal y como ocurría con las viviendas que se construían en los años 60 y 70 en España, que se construían sin plazas de garaje y con los años las calles ya estaban atestadas de vehículos que no tenían dónde aparcar. Por increíble que parezca, 40 años después se siguen cometiendo los mismos errores.
-Empresas que se instalarán en el parque empresarial: pregunta una vecina sobre este asunto mencionando que por favor no le repita otra vez que John Deere y Decathlon. Responde el alcalde que corren malos tiempos para las inversiones y el que se hayan implantado Decathlon y compañía es muy importante. Hay grandes proyectos pero lo único real es que las empresas que se van a instalar en breve son un Hiper Usera Cash & Carry y unas pequeñas empresas en las naves nido.
-Delegaciones de la Agencia Tributaria y la Seguridad Social: Se supone que todo municipio de más de 100.000 habitantes debe tenerlas, pero el caso de Parla debe ser único porque no hay ni rastro de ellas. El alcalde menciona que ya se ha trasladado al organismo competente la necesidad de contar con ellas.
-Correos: Ya es sabido que se adquirieron dos locales por parte de Correos, uno en Parla Este y otro en la calle Carlos V. El alcalde dice que eso fue hace un año y no sabe nada más. La realidad es que
no hace uno, sino dos años de ello y los locales siguen vacíos y sin ningún movimiento.
-Nueva oficina del INEM en Parla: el alcalde menciona que se está dialogando para consensuar un edificio conjunto en el que ubicar el servicio de búsqueda de empleo municipal, el INEM y la oficina regional de empleo.
-Centro comercial de Parla-Este: la parcela ya ha salido a subasta para la construcción de un centro comercial pero nadie se ha interesado en ella. Hago un inciso particular mencionando que lo mismo sucede con todas las parcelas destinadas a chalets que hay vacías en Parla-Este, desde hace ya bastante tiempo salen a subasta pero ninguna constructora se interesa por ellas, por ello, en la zona comprendida entre la avenida de las Estrellas y la vía del AVE, algunas de esas parcelas han sido reconvertidas en parcelas para bloques de viviendas en altura de protección oficial.
-Suciedad en la zona este del barrio: se queja un vecino que en su zona, comprendida entre la avenida de las Estrellas y las vías del AVE, es un picadero y está lleno de basura y preservativos, a lo que el alcalde replica que ya se ha limpiado, negándolo el vecino e invitándole a visitar de nuevo la zona alegando que está llena de porquería. También comenta que se quiten las barreras de esa zona para no dar tantas vueltas en el acceso a su domicilio, si bien están colocadas para impedir el paso por seguridad, ya que antes la zona de las parcelas sin construir era un vertedero de basuras, escombros, destrozos, carreras de coches, botellón, etc.
-Colegio concertado: comenta el alcalde que las unidades de infantil y primaria se abrirán en septiembre. Hace pocas semanas que acaba se abrirse el periodo de licitación, así que parece algo casi imposible por los pocos meses que restan.
Y ya pasadas las nueves de la noche, se dio por concluída la interesante reunión y la mayor parte del público abandonó el recinto. En líneas generales el alcalde estuvo razonablemente bien, ágil, correcto y educado, aunque esquivó problemas de mayor calado y no entró en ningún tema peliagudo y comprometido, pues el formato de esta reunión tampoco da para más y por otro lado no es lugar para encendidas discusiones.
Pero los turbios asuntos que corroen las entrañas del municipio, como la masiva privatización de casi todos los servicios municipales (la última la de todos los servicios deportivos por un periodo de 40 años), el amiguismo y enchufismo al por mayor por obra y gracia del carnet del partido gobernante, la brutal tasa de paro y de fracaso escolar (los mayores de toda la Comunidad de Madrid), la inexistente integración de los inmigrantes en la ciudad y en la vida de Parla, los pisos patera, la astronómica deuda municipal, etc., ningunó de ellos salió a colación porque ciertamente tampoco era el lugar apropiado de debate.
El gran drama de Parla es que en un momento tan delicado como este y los tiempos venideros, otros municipios de similar tamaño ya cuentan con prósperas estructuras urbanas y productivas ya consolidadas desde hace años, buenas infraestructuras comerciales, deportivas, de transporte y datos socioeconómicos equilibrados y positivos, mientras que en Parla hay demasiadas cosas por hacer. En definitiva, tienen hechos los deberes que Parla no ha hecho, ya han pasado etapas y estaciones por las que el “tren del progreso” no ha pasado aún por Parla o ha pasado ya de largo. Hay que hacer atractivo un municipio para captar inversiones y capitales que dinamicen la economía. Así que cualquier empresario se hará la misma reflexión que el vecino antes citado:
“Alcalde, convénzame de que Parla es un buen lugar para invertir, porque tengo datos en la mano que demuestran todo lo contrario”.
En resumen, el alcalde transmitió una ponderada y positiva puesta en escena personal y es un tipo válido, pero le ha tocado una coyuntura muy difícil, con muchos lastres, y está rodeado de gente incompetente y con una pesada herencia de amistades peligrosas y oscuros compromisos dejada por su antecesor.
Todo el que vive en Parla es conocedor, ya sea con indignación o absoluta desidia, de que Parla es una ciudad minada de excrementos caninos en sus calles, plazas y jardines. Caminar por Parla obliga permanentemente a sortear las deposiciones de los canes para no pisarlas, y regresar a casa sin algún “recuerdo” fecal en las suelas de los zapatos es una verdadera fortuna. Con el paso de los años y la expansión urbanística el problema se ha ido agravando, pues mientras en la mayor parte de las ciudades, aparte de que se aplican duras sanciones a los infractores, ya existe desde hace años una mínima conciencia cívica y es habitual ver a los dueños portar una bolsa y agacharse para recoger los excrementos de su perro, pero en Parla se ha ido a peor y casi nadie lo hace. No hay progreso sino una regresión constante.
Todo ello genera degradación, suciedad y malos olores y ofrece una imagen penosa y tercermundista a los ciudadanos que lo sufren a diario. Pero de la imagen de la ciudad ya ni hablamos, la realidad es mucho peor que los tópicos y son demasiados los aspectos negativos de convierten a Parla en lo que es a día de hoy.
Es casi un acontecimiento novedoso ver a algún dueño recoger los excrementos de su perro. Es más, es que en Parla, aunque se ha mejorado en ese sentido, todavía hoy en día poca gente recoge los excrementos de su propio perro y, en ciertas zonas en las que incluso existen zonas terrizas donde poder defecar, los perros acaban defecando en plena vía pública, lo que ya es el colmo del incivismo y la repugnancia. El incivismo y la mala educación son tremendos en Parla, y el Ayuntamiento rara vez sanciona por ello, con lo cual se ha generado una sensación de impunidad total que se perpetúa en el tiempo y los infractores actúan con la más completa libertad.
Hay una evidente relación causa-efecto en casi todos los fenómenos de comportamiento social que acontecen en cualquier asentamiento humano, con mayor incidencia e interrelación en el caso de tratarse de zonas urbanas, donde el espacio público adquiere una mayor importancia y donde se produce una convivencia más intensa. El paupérrimo nivel formativo y educativo de una gran parte de los habitantes del municipio se muestra a las claras en este y otros muchos aspectos de la convivencia vecinal y ciudadana, pues quien no recoge los excrementos de su perro es el mismo energúmeno que habitualmente tira al suelo de su portal la publicidad del buzón, fuma en el ascensor, etc.
Es cierto que un perro es la viva imagen de su propio dueño y su comportamiento obedece a lo éste le ha enseñado o le ha permitido y, por desgracia, la mayoría de los dueños de perros no tiene idea de lo que significa educar y cuidar de un animal de forma responsable.
Desde el punto de vista sanitario, se considera que los excrementos caninos en la vía pública pueden afectar a la salud humana, ya que dichos excrementos contienen parásitos que causan entre otras graves enfermedades como cenurosis, ancylostomidosis, ascaridiasis, hidatidosis y toxocariasis, unas enfermedades que en casos extremos pueden provocar ceguera y hasta la muerte.
Aparte de constituir un problema sanitario público de primer orden y una agresión estética y olfativa para los sufridos ciudadanos, el tema de las deposiciones caninas es otro gravísimo problema más que el gobierno municipal de Parla no ha sabido o no ha querido resolver, lo que supone una intolerable pasividad e incompetencia por su parte y lo hace corresponsable del mismo.
Para los nativos parleños, el arroyo Humanejos evoca algo difuso, dudoso de ubicar y siempre pretérito. A algunos jóvenes parleños únicamente les resultará familiar su nombre porque así se denomina uno de los Institutos de Enseñanza Secundaria de Parla. Sólo los más viejos del lugar, que acostumbraban a pasear por su discurrir, mucho más definido y contínuo en el pasado, y la gente que laboraba las tierras aledañas, tienen una idea algo más concreta y tangible.
Pese al desconocimiento generalizado, el arroyo Humanejos y su entorno siempre constituyeron un espacio de gran valor ecológico. Hasta hace veinte años, teniendo en cuenta de que por el sur Parla se acababa en Fuentebella , la calles Isabel II y Felipe II, todavía por aquel entonces quedaba lejos del núcleo urbano y todo el entorno del arroyo lo formaban exclusivamente tierras agrícolas y pequeñas granjas muy rudimentarias diseminadas por todo su área circundante.
En realidad es el único curso fluvial que atraviesa el municipio de Parla, aunque como su propio nombre indica, y dadas las características geofísicas del entorno, su caudal es estacional. Mejor dicho, era estacional, pues hay que hablar siempre en pasado porque el arroyo como tal ya no existe y solamente una pequeña trinchera discontinua donde a veces se acumulan charcos de aguas estancadas, es el único vestigio de lo que antaño fue.
Desde hace ya mucho tiempo el arroyo Humanejos es una simple cicatriz de la memoria, en muchos casos siempre asociada a vertidos, aguas fecales, hedores y un circundante paisaje moribundo.
¡¡Qué recuerdos del arroyo Humanejos!, absolutamente destrozado a lo largo de los años por la demoledora insidia, permisividad y el salvajismo del Ayuntamiento de Parla. Su lejanía del casco urbano al final fue la que propició, a plena luz del día e impunemente, su paulatina destrucción. Hubiera sido sencillo hacer un gran parque lineal aprovechando el recorrido de su cauce y conservar y restaurar el bosque de galería autóctono. Sencillo y barato. Pero entre el hospital con sus tolerados vertidos sin depurar, los siempre presentes escombros permitidos, la tala de la práctica totalidad del bosque de galería, el acecho de las urbanizaciones, entubamientos, aguas putrefactas y estancadas, su paso por el Parque de las Comunidades, el estanque de tormentas y, para finalizar, su agonizante desembocadura, ya pestilente y hediondo, cruzadas las vías del AVE. Entre todos lo mataron y él sólo se murió. Es difícil cometer tantas atrocidades en ese espacio longitudinal, pero la vehemencia aniquiladora del consistorio parleño es implacable con todo lo que signifique naturaleza, medio ambiente y calidad de vida.
Un espacio de gran valor ecológico ya irrecuperable y decapitado para la eternidad. Aquel continuo arbolado de sauces y chopos se erigía con su verdor en medio del páramo como una isla imaginaria. Sólo en el valioso tesoro de nuestra memoria anidan imágenes en color una infancia en blanco y negro que cruzando el túnel del tiempo trajo un presente gris oscuro, casi negro. Descanse en paz el arroyo Humanejos.
PD: Agradecer las estupendas fotografías a Jordi Villanueva. El otoño, sus tonos ocres y el manto de hojas caducas han servido de marco incomparable para una melancolía que maquilla fotográficamente las miserias de la degradación de la Naturaleza.
Casi no me había percatado hasta hace unos días de este interesante vestigio del pasado: el cartel de la zonificación por parcelas del polígono industrial “Ciudad de Parla”. He pasado muchas veces por delante de ese cartel, pero aún sabiendo de su existencia, siempre pasaba de largo sin detenerme a mirarlo. Es una verdadera reliquia casi arqueológica que permanece en pie y que aporta vital información de las últimas décadas de la historia de Parla, principalmente la de carácter económico, ese aspecto siempre tan negativo y subdesarrollado en este municipio y que tanto ha condicionado el enorme atraso que Parla ostenta respecto a todos los municipios de su entorno similares en número de habitantes.
No voy a relatar los orígenes de este polígono industrial, pues ya lo hice en una ocasión anterior, y me voy a centrar en los detalles que aporta este cartel, con esa información parcelaria tan ordenada y su pulcro aspecto a pesar de sus más de veinte años erigido en pie en ese lugar. Si alguna vez habéis caminado o transitado recientemente por este polígono, habréis comprobado su deficiente y decrépito estado y su cada vez más escasa actividad económica, con muchas naves con el cartel de venta o alquiler, otras naves abandonadas y mucha suciedad sobre todo en las parcelas vacías.
Muchas de esas pequeñas empresas que figuran en el directorio del cartel ya han desaparecido. De un primer vistazo, una de las poquísimas empresas relevantes que figuran en el plano y que aún continúan en activo es Mademol, que por aquel entonces se denominaba Mármoles Sánchez Bosque S.A.
Pero sobre todo, la historia de este polígono industrial y, por extensión, del eterno declive económico e industrial de Parla están ejemplificados en el caso de la empresa norteamericana Hexcel Composites, denominada Hercules Aerospace cuando se instaló en Parla. Hercules Aerospace, una de las empresas líderes mundiales en la fabricación de componentes aeronáuticos, en concreto de fibra de carbono impregnado, decide en 1987 instalarse en Parla, adquiriendo una parcela de 15.000 metros cuadrados en el nuevo polígono industrial ”Ciudad de Parla”. La disponibilidad de suelo a precio asequible en esta nueva área industrial cerca de Getafe, donde está ubicada la gran factoría de EADS-AIRBUS, por aquel entonces CASA, convertían esta inversión en la más importante que se había realizado en Parla, pues Hercules Aerospace realizó una inversión inicial de 1.300 millones de las antiguas pesetas. En la gran factoría prevista para Parla se calculaba que trabajarían setenta técnicos cualificados y unas trescientas personas más, nada que ver con la realidad actual.
En 1989 sale el primer lote de material de fibra de carbono fabricado en la factoría de Parla. En 1996 Hercules Aerospace desaparece y sus divisiones son compradas por otras empresas, adquiriendo la división de composites(patrones de diseño) la empresa Hexcel, líder mundial de la fabricación de materiales avanzados. Con ello la fábrica de Parla pasa a denominarse con el nuevo nombre de la empresa compradora.
Al comienzo del presente siglo, se experimenta un gran auge en el transporte aéreo, tanto de pasajeros como de mercancías, lo que equivale a que aumenten considerablemente los pedidos de nuevos aviones, sobre todo de los dos grandes fabricantes mundiales que son la norteamericana BOEING y el consorcio europeo EADS-AIRBUS, en este último caso sobre todo por la fabricación del nuevo Airbus A-380. Y al mismo tiempo, la fibra de carbono pasa a formar parte de una enorme cantidad de objetos y utensilios que utilizamos en nuestra vida cotidiana, al margen de nuevos usos industriales más allá de sus orígenes aeronáuticos.
Inevitablemente, esto supone que la enorme demanda de fibra de carbono por parte del mercado mundial hace necesaria una ampliación de las instalaciones de Hexcel, remontándose la decisión estratégica al año 2004, y requiriendo una parcela de 50.000 metros cuadrados para satisfacer las necesidades de ampliación.
Surge el momento crucial y es entonces cuando la multinacional norteamericana se topa con la absoluta desidia y abandono por parte del Ayuntamiento de Parla, que en ningún momento ni se muestra interesado ni facilita la necesaria parcela para la nueva factoría. Simplemente increíble, algo por lo que cualquier Ayuntamiento se dejaría la piel y los responsables del municipio récord del desempleo desdeñando semejante inversión. De aquellos y otros barros vienen estos lodos.
Pero eran los tiempos de Jesús Gil, el Pocero, Tomás Gómez y tantos otros personajes similares de todos los partidos políticos. Tiempos del ladrillazo, comisiones, amiguismos y dinero rápido, de lograr una expansión urbana de la que Parla estaba muy rezagada y estancada respecto al resto de municipios del área metropolitana de Madrid. En todos los municipios se había producido un constante y progresivo desarrollo urbanístico pero en Parla poquita cosa, exceptuando ciertas áreas de unifamiliares y las viviendas protegidas del barrio de “Las Américas”, algo puramente testimonial. Y en lo económico pues prácticamente nada, el Centro Comercial el Ferial, el modestísimo polígono industrial y punto y final. Era la génesis de Parla-Este, esa especie de ciudad dormitorio surgida de la improvisación y las prisas por hacer caja y atraer a nuevos colonos a toda costa. Y entre pisos, especulaciones, políticos inútiles, corruptelas y burbujas inmobiliarias se fue perdiendo la gran oportunidad inversora.
Aprovechando que EADS-AIRBUS tiene una fábrica en Illescas, su entonces director ejerció de mediador ante el gobierno castellano-manchego, que lógicamente se frotaba las manos ante semejante oportunidad, para que Hexcel construyera en Illescas su nueva fábrica. El 26 de enero de 2006 el alcalde de Illescas y la Junta de Castilla-La Mancha, a través de la sociedad de desarrollo "Urban", firman el convenio para la construcción de la fábrica en Illescas, que se inauguró en 29 de abril de 2008. Al tiempo, con motivo de la apertura de la fábrica de Illescas, la fábrica de Hexcel en Parla se puso en el centro de los rumores sobre su posible desaparición, aunque de momento continúa con su producción y cuenta en la actualidad con unos cien trabajadores, muchos de ellos en tareas comerciales y administrativas más que en las propiamente fabriles.
Son las memorias del subdesarrollo y la razón del porqué de casi todo lo que, económica y socialmente, acontece hoy en día en Parla, desde las colas de parados a la calle San Blas hasta todos los desastres y deficiencias que jalonan cada rincón del municipio y lo hacen único en su género.
El enorme desarrollo urbanístico de Parla-Este, al margen de su diseño ya rancio y caduco según los conceptos del urbanismo contemporáneo, ha estado condenado desde su nacimiento a ser una especie de desfasada ciudad dormitorio, fácilmente perceptible a simple vista por parámetros tan fundamentales como: los flujos de salida y entrada de coches -siempre intensísimos a primeras y últimas horas del día-, la inexistencia de empleos ni empresas en la zona, sin accesos directos de entrada y salida a las autovías, escasísima presencia de gente en las calles, falta de establecimientos comerciales de calidad y un precario transporte público que se limita a un tranvía urbano y a un autobús que cada media hora une Madrid con Parla. A esta manifiesta realidad en el funcionamiento de un ámbito urbano plagado de carencias, sin duda han contribuido la falta de infraestructuras y servicios de todo tipo que lastran de manera especial la dinámica cotidiana de esta parte del mundo. No podía ser de otro modo tratándose de un municipio con un estigma tan peyorativo y ganado a pulso por méritos propios como es el caso de Parla.
Uno de los más evidentes signos de abandono del barrio de Parla-Este era, hasta la infamia medioambiental perpetrada ahora, la ausencia de vegetación en gran parte de las zonas verdes destinadas a ajardinamientos. Un hecho de por sí remarcable porque en cualquier desarrollo urbanístico, la vegetación de las zonas comunes se va plantando paulatinamente según se van encontrando disponibles los márgenes de las vías de comunicación y los espacios comunes, o al concluir la construcción de cada edificio o grupo de ellos, sector, manzana, etc. con lo cual a los pocos años ya existe una cobertura vegetal consistente y enraizada.
Nada de eso sucedió en Parla-Este. Tan sólo hace casi dos años, se habían plantado los primeros árboles de porte notable en algunos alcorques de ciertas zonas del barrio y, a fecha de hoy, aproximadamente la mitad de esos árboles ya han muerto. El resto de las futuras zonas verdes permanecía como un erial donde los perros abonaban el terreno a sus anchas.
Pero es que en consonancia con esta desidia y abandono de las zonas verdes, en el resto de las calles, parques y plazas de Parla la situación es incluso mucho peor y pruebas no faltan en casi cualquier rincón del municipio: desde centenares de olivos muertos por abandono, alcorques vacíos desde hace décadas, árboles secos que permanecen en el mismo sitio sin reponer desde hace muchos años, adoquines verdes tapando parterres, adoquinado de alcorques, árboles que jamás se podan, inmensas praderas de césped, gigantesco gasto humano y económico en florecillas que apenas duran una semana, etc.
Desde hace ya muchos años ha evolucionado el concepto de zonas verdes en ámbitos urbanos hacia diseños de parques y jardines con especies xerófilas, autóctonas y arbustivas que aportan frondosidad, consistencia y diversidad botánica en vez de las pobres, delicadas y carísimas praderas de césped y árboles exóticos. Así que lo más previsible, fácil y barato era que en esas presuntas y futuras zonas verdes de Parla-Este fueran plantados árboles y vegetación arbustiva adaptada a las características geográficas del entorno, con un reducido mantenimiento tanto en el consumo de agua como en mano de obra y resistentes al incivismo ciudadano.
Cuando se colocaron los carteles de la empresa constructora alusivos al comienzo de la primera fase de las obras de ajardinamiento de Parla-Este, con un astronómico presupuesto de 2.621.379 euros para esa primera fase, la primera impresión fue de satisfacción generalizada tras todos estos años de desolación medioambiental en el barrio.
Craso error tratándose del Ayuntamiento de Parla, un verdadero Atila medioambiental, con unos antecedentes para echarse a temblar y salir corriendo a tenor de la aberrante política medioambiental municipal y el calamitoso y degradado estado de prácticamente todas las zonas verdes del municipio.
Cuando al comienzo de estas obras empezaron a surgir las primeras voces de alarma y sorpresa era difícil creer en semejante barbaridad. Todos los grandes parterres de las avenidas estaban siendo enterrados en toneladas de cemento, que posteriormente sería forrado de césped artificial, dejando dos ridículos agujeros en cada parterre para plantar algún que otro árbol. El Ayuntamiento de Parla entiende que ajardinar significa sepultar bajo toneladas de cemento todo vestigio de naturaleza.
Y así poco a poco se fueron cementando la totalidad de las posibles zonas verdes de las calles de Parla-Este. Tras este colosal despilfarro económico y aberrante atentado medioambiental, el escenario resultante es apocalíptico, las calles transmiten una desazón y penuria extremas, efecto que se potenciará cuando la ridiculez del césped artifical y las palmeras conformen el paisaje vegetal de Parla-Este.
Consultado al Colegio de Arquitectos de Madrid, no existe constancia anterior de ninguna barbarie similar. Al igual que buscando referencias y documentación en otros anuarios de arquitectura y urbanismo, tampoco se había ejecutado hasta la fecha en ninguna parte semejante aberración paisajística y medioambiental.
Esta vez el Ayuntamiento de Parla se ha superado a sí mismo. A nadie en el planeta se le había ocurrido semejante esperpento y bochornoso concepto de lo que se entiende por una zona verde. Décadas de desastres urbanísticos en Parla quedan empequeñecidos ante este nuevo hito del horror urbanístico.
Y pensar que en el siglo VI antes de Cristo se construyeron los jardines colgantes de Babilonia, que hace seiscientos años los árabes realizaron los magníficos jardines de la Alhambra y el Generalife, y que los grandiosos jardines de Versalles datan de 1670.
A prehistóricos niveles ha retrocedido la humanidad con esos primates obtusos que tenemos por dirigentes municipales y que llevan décadas entre todos llevando al abismo a Parla y creando problemas nuevos donde no los había antes.
Es deseable, sana y recomendable la movilización social para plantear las revindicaciones justas desde criterios racionales que conjuguen la presentación evidente de pruebas con el respeto y la utilización de los cauces necesarios para ser escuchados y hacerse oir. Movilización social a la antigua usanza, manifestándose de manera visible ante un organismo público o en un lugar emblemático con la intención de obtener la mayor repercusión a sus demandas.
En Parla, a lo largo de muchas décadas la población ha venido mostrando un comportamiento adocenado y sumiso frente a los desmanes municipales, lo que lógicamente ha ido engordando la exponencial catástrofe humana y urbanística que asola el municipio porque nadie era capaz de rechistar a los jerifaltes municipales.
La última y más numerosa protesta de la actualidad, es la de los vecinos a los cuales el anterior regidor había prometido la reforma de unas viviendas con casi cuarenta años de antiguedad, e incluso más en muchos casos que se puede hablar de "chabolismo vertical", por ejemplo los edificios de viviendas de las calles Humanes . Todos aquellos edificios de viviendas de los barrios centrales de Parla, fruto del caótico y desordenado crecimiento urbano del municipio y construídos en los años del franquismo y posteriores, al calor de una incesante y vertiginosa inmigración nacional, dejan sentir el paso del tiempo y adolecen de un mantenimiento y reformas cuyo coste es difícilmente asumible por unos moradores de humildes y escasos ingresos económicos.
El alcalde precedente lanzó gratuitas promesas y bendiciones para sufragar, con cargo a las arcas municipales hasta el 40 % del coste total de dichas reformas, pero una vez huído en estampida y dejando el problema al actual alcalde, José María Fraile, éste se encuentra con la inviabilidad de aquellas magras promesas y decide, no sólo no sufragar dichas reformas sino que al mismo tiempo obligar a los edificios de viviendas con más de treinta años de antigüedad a costearse de manera obligatoria la reforma de dichos inmuebles. Esto último está muy bien porque la necesidad de reformar esos edificios es acuciante y urgente, pues la mayor parte de la zona centro de Parla constituye uno de los mayores ejemplos de horrores urbanísticos de toda Europa, pero por otro lado al no existir viabilidad alguna en la financiación de estas reformas, la actitud cohercitiva por parte del Ayuntamiento carece de lógica y sentido común.
El anterior alcalde de Parla era un símil de aquellos vendedores farsantes del Oeste, que tras sermonear con convicción y buenos modos ante todo un pueblo asertivo, apático y abúlico, las virtudes de vender un elixir milagroso, y una vez vendido todo su cargamento, huía al galope en busca de repetir la misma fechoría en otro pueblo similar.
Así que bienvenidas sean todas las movilizaciones ciudadanas que persigan cualquier atisbo de mejora en las condiciones de vida de los parleños.
Por fin se inauguran las tiendas del Parque Comercial Parla Natura. Digo por fin porque se corría el peligro de que el alcalde, al igual que su antecesor, inaugurase por vigésimo quinta vez las obras, el inicio de las obras, la finalización de las obras, la presentación de las obras, el proyecto de las obras, el discurrir de las obras, la valoración de las obras, etc. Y lo mismo ocurre con la empresa John Deere, situada contigua al parque comercial, y que también ha sido objeto de sucesivas presentaciones e inauguraciones. Es lo que tiene Parla, que como no hay implantadas grandes empresas de entidad, para dos empresas que llegan hay que inaugurarlas y presentarlas, por lo menos, veinticinco veces.
Sin lugar a dudas hay que elogiar a la empresa que ha invertido en este complejo comercial, la sociedad francesa Frey Invest SL, porque han sido verdaderamente osados en invertir su dinero en Parla. En todo caso, les deseo mucha suerte en el empeño por su valentía. Aunque se echa de menos la presencia de capitales españoles, al menos esto supone un soplo de aire fresco a esa dinámica inversora tan peculiar que viene padeciendo Parla con las ya conocidas "inversiones" chinas, los locutorios y los kebabs. Aunque he de señalar como anécdota que el día que realicé las fotografías, dos enormes furgonetas blancas con chinos en su interior estaban ya merodeando por las desiertas avenidas del parque empresarial.
En cuanto al diseño, construcción y acabados, hay que decir que tanto el parque comercial en su conjunto como el edificio de la empresa John Deere(obra del gran arquitecto Antonio Lamela) están magníficamente realizados, de una factura espléndida, ajardinamientos ecológicos(en ese sentido nada que ver con las barbaridades terroríficas cometidas por el Ayuntamiento de Parla), calidad de diseño y adaptación al terreno de manera perfectamente integrada. Sin duda, aunque han sido empresas privadas en este caso, sorprende ver obras y acabados tan logrados en un municipio donde las chapuzas urbanísticas y medioambientales y los despilfarros a cargo del consistorio parleño engrandecen las páginas de la antología del disparate y de la España más cateta.
El futuro del parque empresarial es una gran incógnita, afectado por el contexto general de crisis económica y de cierta saturación en cuanto a equipamientos comerciales en determinadas áreas de la Comunidad de Madrid, aunque no es el caso de Parla que necesitaría, al margen de este parque comercial, un centro comercial y de ocio moderno, pues la escasa infraestructura comercial parleña en lo que a grandes superficies se refiere, provoca lo que se conoce como “consumo evadido”, es decir, que los consumidores parleños, ante la mencionada escasa oferta comercial, se desplazan masivamente a otros municipios dejando allí el dinero que de otro modo se podría quedar en el propio municipio y generar empleo, riqueza, prosperidad y dinamismo.
A día de hoy no hay ningún otro proyecto en construcción al margen de lo ya construido en el parque comercial y en John Deere. El sector urbanizado donde estas empresas se ubican tiene un par de parcelas más habilitadas, realmente una pequeña parte de todo lo proyectado en el PAU 5, pues la mayor parte del terreno sigue en estado rústico y con escasas esperanzas de que en un futuro cercano lleguen a desarrollarse los planes de urbanización previstos. En esto también Parla ha llegado tarde, dejando pasar de largo muchos años de gran dinamismo económico. Desde que se gestó la idea del parque empresarial, que en sus orígenes se llamó Actea, después Tecnópolis y ahora Parque Empresarial PAU-5, han transcurrido diez años hasta que se ha hecho realidad una mínima expresión de lo que muestran la magnitud de los planos del PAU-5.
De momento, y quien sabe si no se perpetuará en el tiempo, los accesos que no son por carretera son penosos, por no decir inexistentes, para quienes no disponen de vehículo privado. Se debería haber ampliado alguno de los puentes de acceso y en sus márgenes construir sendas aceras y un carril-bici, o haber construído una pasarela exclusiva para peatones y bicicletas, pues la distancia al núcleo urbano de Parla posibilitaría un hipotético y sencillo acceso tanto a pie como en bicicleta. Pero de momento tan sólo un autobús, que presta servicio cada media hora, es el único modo de acceder en transporte público hasta el Parque Empresarial.