La crítica situación económica que Tomás Gómez dejó en el Ayuntamiento va camino del caos total. La quiebra
del Tranvía Parla es un ejemplo del endeudamiento del municipio. Con el
cambio poltítico tras las elecciones del 22-M son muchas las
localidades que han mostrado unas arcas en números rojos. Sin embargo,
ninguna ha sufrido un ERE por el momento.
Éste es el
caso de Parla, que en las últimas semanas está viviendo las
consecuencias que ha dejado la herencia de Tomás Gómez en el
Ayuntamiento del municipio. A principios de semana, el Partido Popular
tenía ligeras sospechas de lo que el actual alcalde, José María Fraile,
estaba planeando. Por ello, en la pasada sesión plenaria del
Consistorio, los populares preguntaron al consejero delegado del área de
Personal, José María Castañeda, si consideraba que la actual plantilla
era suficiente o habría despidos. Pero entonces no obtuvieron respuesta
al respecto.
Casi una semana más tarde, el Partido Popular se enteró en su
improvisado despacho, instalado en las puertas del Ayuntamiento, de que
el ejecutivo local está preparando un Expediente de Regulación de Empleo
que afectaría a 120 trabajadores, según aseguró el presidente del
Partido Popular de Parla, Miguel Angel López. López afirmó que se habían
acercado miembros del Comité de Empresa y del sindicato UGT para
informarles de la grave situación que atraviesa la corporación y por la
que se están manteniendo reuniones con miembros del equipo de gobierno
local.
El sindicato ha pedido al Ayuntamiento que paralice esta medida
hasta septiembre para poder abrir una mesa de negociación. «Si tiene que
haber modificaciones en las condiciones laborales, que las haya, pero
que no se produzca ningún despido», reiteraron los representantes de
UGT.
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