El tranvía de
Parla, el símbolo de la época de Tomás Gómez
al frente del Ayuntamiento del municipio no circuló ayer. Los
continuados impagos por parte del Ayuntamiento de Parla–que ahora dirige su
pupilo, José María Fraile– a la empresa concesionaria del servicio,
Tranvía de Parla S.A, que suman 48 millones euros; así como la deuda de
siete millones de euros de esta sociedad con Alstom, la empresa que
realiza el mantenimiento de los convoyes, hicieron que el martes sólo
funcionara el 25% del servicio y que ayer ningún tranvía circulara.
Con las arcas municipales arruinadas y una deuda total de unos 300
millones de euros, al alcalde de Parla no se le ocurrió otra solución al
problema más que llamar a la Puerta del Sol para pedir a Esperanza
Aguirre que arreglara el embrollo del tranvía e incluso encerrarse en el
patio de la Real Casa de Correos para exigir, al más puro estilo
«indignado», que la Comunidad asuma el gasto del tranvía.
Un recibimiento inesperado
En contra de lo que él mismo imaginaba –puesto que ni siquiera avisó–
Fraile fue recibido por Aguirre y por el consejero de Transportes,
Antonio Beteta, con quienes mantuvo una reunión en la que el primer
edil pidió una modificación del convenio de financiación del Consorcio
de Transportes al tranvía municipal. Un convenio que muy a su pesar fue
diseñado por Tomás Gómez, su predecesor en la Alcaldía y actual
secretario general del PSM.
El acuerdo fue firmado por Gómez el 31 de enero de 2005 y determina que
la «única obligación» del Consorcio regional de Transportes de la CAM
con el tranvía de Parla «va dirigida a financiar al 50% el déficit que
se produzca entre los gastos de explotación y los ingresos por tarifas y
por explotación de actividades complementarias». Es decir, Gómez se
negó a que el tranvía fuera subvencionado de una forma similar a la del
Metro Ligero, justamente lo que ahora demanda su sucesor en el cargo.
La diferencia entre estos dos convenios es básicamente económica. En el
caso del Metro Ligero, el Consorcio regional paga 4,16 euros por
viajero, ya que se hace cargo de la subvención del billete, así como de
la construcción, el mantenimiento, etc. En el caso del tranvía de Parla,
Gómez quiso ponerse él solo la medalla y se negó a firmar un convenio
como el del Metro Ligero, pese a que se le ofreció. De esta manera y a
petición del ahora líder de los socialistas madrileños, el Consorcio se
comprometió a hacerse cargo sólo del 50% de la parte subvencionada del
billete del tranvía. Es decir, paga 0,60 euros por viajero. Según el
acuerdo, el Consorcio debía abonar su parte de la subvención al
Ayuntamiento y éste a Tranvía de Parla S.A. Sin embargo, pocos meses
después de ponerse en marcha el tranvía, ya en 2008, una comunicación de
la interventora municipal de Parla al Consorcio cambió la fórmula de
pago. Según detallaron ayer fuentes del Consorcio, la Intervención pidió
que se abonara directamente la subvención a la empresa Tranvía de Parla
S.A., ya que el alcalde se estaba gastando este dinero en otros
asuntos.
Pese a estos antecedentes, Fraile se presentó ayer en Sol exigiendo un
nuevo convenio a Aguirre, a la que incluso hizo responsable del parón
del tranvía después de que la presidenta se acogiera al convenio
firmado por Gómez y le recordara que el parón se debe a los impagos
municipales a Tranvía de Parla S.A. Mientras que Fraile permanecía
encerrado, Tranvía de Parla y Alstom llegaron a última hora del día a un
preacuerdo por el que se podría reanudar el servicio entre hoy y
mañana. Sin embargo, Fraile no se comprometió a pagar la deuda de 48
millones que él tiene con el tranvía. Eso sí, pasadas las 22:00 horas
seguía de «okupa» en Sol.
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